La tragedia de Isabella: Una infante víctima del conflicto armado
En las remotas comunidades indígenas de Istmina, Chocó, la violencia armada ha cobrado una nueva víctima: Isabella Piraza Pizario, una bebé de tan solo 16 meses. La pequeña falleció por falta de atención médica oportuna, una tragedia que pone de relieve las graves consecuencias humanitarias del paro armado decretado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Según el alcalde de Istmina, Jeison Mosquera, Isabella habitaba la comunidad de San Cristóbal, a unas dos horas y media por lancha de la zona urbana. La situación de seguridad en la región, producto del paro armado, impidió su traslado a un centro de salud cuando presentó síntomas de paludismo y desnutrición.
El desgarrador testimonio del alcalde
"Tenía síntomas de paludismo, de desnutrición y por el paro no pudo salir. En esa comunidad no hay centro de salud y por la situación de seguridad no pudo llegar al médico", afirmó Mosquera en declaraciones a Blu Radio.
El alcalde expresó su impotencia ante la imposibilidad de acompañar a la familia de Isabella, pues las condiciones de seguridad en el río San Juan, único medio de acceso a la comunidad, impiden llegar hasta la zona.
Consecuencias para la educación
El paro armado también amenaza la educación de 200 estudiantes de la zona rural de Istmina, quienes se encuentran en riesgo de perder las pruebas Saber 11 programadas para este domingo. Las autoridades educativas aún no han confirmado si las pruebas podrán realizarse, ya que la seguridad de los estudiantes y el personal educativo no está garantizada.
Responsabilidades y demandas
La muerte de Isabella ha generado indignación y llamados a la responsabilidad por parte de las autoridades. Organizaciones humanitarias y líderes sociales exigen al ELN que levante el paro armado y permita el acceso a servicios esenciales a las comunidades afectadas.
El gobierno nacional también tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad y el bienestar de los civiles en zonas de conflicto. Es urgente que se tomen medidas para proteger a la población de los efectos devastadores de la violencia armada.
La tragedia de Isabella es un doloroso recordatorio del alto costo humano que pagan los inocentes en medio de los conflictos armados. Es un llamado a la paz, al diálogo y a la búsqueda de soluciones humanitarias que antepongan el bienestar de las comunidades.