La decisión del presidente Gustavo Petro de suspender los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha generado reacciones encontradas entre políticos y ciudadanos.

Voces a favor de la ruptura

Varios políticos de oposición han respaldado la decisión del gobierno, argumentando que es una medida necesaria ante la persistencia de la violencia por parte del ELN. El alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán, manifestó que "la decisión tardía" de poner fin a los diálogos se tomó luego de "la muerte de muchos soldados y policías".

El gobernador de Santander, Juvenal Díaz, también expresó su apoyo a la decisión, calificando al ELN de "terroristas". El representante a la Cámara Julián Peinado, del Partido Liberal, comparó la situación con los fallidos diálogos de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las FARC.

Llamado al replanteamiento

Si bien algunos políticos han respaldado la ruptura de los diálogos, otros han instado a un replanteamiento del proceso de paz. El senador Julián Gallo, de Comunes, llamó a "replantear el proceso de paz con el ELN, pero no pararse de la mesa".

En la misma línea, el representante Alirio Uribe, del Pacto Histórico, invitó a "no desfallecer en el esfuerzo por conseguir una paz dialogada" y llamó al ELN y al gobierno a retomar las conversaciones.

Consecuencias de la ruptura

La ruptura de los diálogos de paz con el ELN ha generado incertidumbre sobre el futuro del proceso de paz en Colombia. Algunos expertos advierten que podría conducir a una escalada de la violencia en las zonas donde opera el grupo guerrillero.

Además, la decisión pone en riesgo los avances logrados en la mesa de negociación, como el cese al fuego bilateral y la liberación de secuestrados. El gobierno y el ELN habían sostenido conversaciones desde 2017 con el objetivo de poner fin al conflicto armado de más de 50 años.