La Universidad del Magdalena (Unimagdalena) en Colombia está construyendo un aula palafítica, una estructura arquitectónica única que rinde homenaje a la tradición de las comunidades que habitan en la Ciénaga Grande de Santa Marta.

Un aula palafítica: un homenaje a la tradición

El aula palafítica toma su nombre de las palafitos, viviendas construidas sobre pilotes de madera que han sido utilizadas por las comunidades indígenas y afrodescendientes de la Ciénaga Grande durante siglos.

Esta estructura de dos pisos se construye en el lago de la universidad y contará con aulas, laboratorios y espacios de investigación. También albergará un centro cultural y un museo que exhibirá la historia y la cultura de las comunidades de la Ciénaga Grande.

Uniendo tradición e innovación

La construcción del aula palafítica es un testimonio del compromiso de Unimagdalena con la preservación del patrimonio cultural y el desarrollo sostenible.

Al incorporar elementos tradicionales de las palafitos, la universidad busca honrar las tradiciones de las comunidades locales y crear un espacio educativo que sea culturalmente relevante.

Al mismo tiempo, el aula palafítica también es un ejemplo de innovación arquitectónica. Está diseñado para ser resistente a inundaciones y otros eventos climáticos extremos, y utiliza materiales sostenibles para minimizar su impacto ambiental.

Un espacio para el aprendizaje y la comunidad

El aula palafítica será más que un simple edificio. Servirá como un espacio para el aprendizaje, la investigación y la interacción comunitaria.

Los estudiantes podrán aprender sobre la historia, la cultura y el medio ambiente de la Ciénaga Grande, y participar en proyectos de investigación que apoyen el desarrollo sostenible de la región.

La comunidad local también tendrá acceso al aula palafítica para eventos culturales, talleres y otras actividades que promuevan el intercambio cultural y el sentido de comunidad.

La construcción del aula palafítica es un proyecto ambicioso que transformará el campus de Unimagdalena y la comunidad circundante. Es un testimonio del poder de la educación para conectar el pasado con el presente y construir un futuro más sostenible.