Los usuarios de Cercanías en Madrid viven un calvario desde hace meses con términos ajenos como "bajada de tensión", "catenaria" o "bloqueo del sistema", todos eufemismos para explicar las "incidencias" ,otro eufemismo para retrasos, paradas o cancelación de trayectos. Pero en Madrid la situación es, si cabe, más insostenible, ya que el servicio está en su punto más crítico y las perspectivas no son nada halagüeñas. Hasta tal punto que la semana pasada, por un robo de cobre, se paralizó la red ferroviaria, y a principios de este mes dos interrupciones obligaron a dar explicaciones al Ministro de Transportes.
Y es que las obras en curso y la falta de inversión proyectan una tormenta perfecta sobre las Cercanías de Madrid, una red que soporta más de 225 millones de pasajeros al año, un tercio de los que usan el Metro y el doble de los trenes de cercanías catalanes.
Las obras de Chamartín, la gota que colma el vaso
Para explicar el elevado número de incidencias en Madrid, ADIF, empresa pública gestora de infraestructuras ferroviarias, enumera 138 obras que ha ejecutado, 23 de ellas terminadas y 115 en curso. Pero entre tantas actuaciones destaca la remodelación de Chamartín, que es la que más dinero requiere y la que mayores quebraderos de cabeza está generando. Según el sindicato Semaf, que representa al 90% de los casi 6.000 maquinistas que hay en España, la obra en Chamartín es la causante de la mayoría de las incidencias. Y es que ADIF trata de hacer la obra sin cortar los tramos de vías afectados para evitar mayores molestias a los usuarios, pero eso está generando todavía más problemas. "Es como dejar la A-6 sin un carril", ejemplifica el secretario general de Semaf, David Martín. "Chamartín es un importante nudo ferroviario y ahora es casi un apeadero", añade.
El descontento de los usuarios llega a las vías
El pasado 16 de junio, el hartazgo de los usuarios llegó a tal punto que decenas de pasajeros cansados de esperar empezaron a caminar por las vías en dirección a la siguiente estación. "Eso causó todavía mayores retrasos", señala Miguel Yunquera, secretario del Área Técnica de los maquinistas.
A este cabreo de los pasajeros por la falta de información se sumó el audio de un maquinista que se hizo viral. A través de la megafonía del tren pidió a los usuarios que se quejaran todo lo que pudieran en redes sociales y oficinas. "Porque este servicio se está degradando día a día por incompetentes que dirigen empresas que son de todos. Y esto les afecta a ustedes y a mí como empleado", dijo.
El gobierno culpa a la infraestructura y anuncia más trenes
El Ministro de Transportes, óscar Puente, atribuyó los problemas al "deterioro del material rodante", es decir, de los trenes, y no a las infraestructuras. Para Puente, el problema está en la inversión pasada y no en la gestión actual. También anunció una futura compra de trenes, que en el mejor de los casos llegarán en 2028.
Sin embargo, los trabajadores denuncian carencias importantes. "No es cierto que se hayan comprado piezas en Ali Express" , como denunció meses atrás otro sindicato. "Si sucedió, fue algo puntual", señala David Martín. "La seguridad en Renfe es algo que se toma muy en serio, aunque se están canibalizando trenes para conseguir piezas que ya ni se reparan ni se pueden importar", asegura.
- Falta de inversión: Sólo un pequeño porcentaje de la inversión en transporte ferroviario de los últimos 30 años ha ido a parar a Cercanías. El gran beneficiado ha sido el AVE, que ha recibido la mayor parte del dinero, pero mueve sólo un décimo de los viajeros que Cercanías.
- Trenes antiguos: La red actual de Cercanías de Madrid es prácticamente la misma que en los años 90, salvo el tramo que conecta Chamartín con la T-4 del aeropuerto, inaugurado en 2011. Esto dificulta conseguir recambios para los trenes, que en su mayoría son del siglo pasado.
- Obras en curso: Las obras en curso, especialmente la remodelación de Chamartín, están generando numerosas incidencias. ADIF intenta hacer las obras sin cortar los tramos de vías afectados, pero eso está provocando más problemas.