La Corte Suprema en el ojo de la tormenta por la candidatura de Lijo
La postulación del juez federal Ariel Lijo como futuro integrante de la Corte Suprema de Justicia ha generado revuelo en los tribunales. La candidatura, impulsada por el juez de la Corte Ricardo Lorenzetti, ha encontrado resistencia entre los otros tres magistrados, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, quienes suelen tener posiciones en común en cuanto a la gestión del máximo tribunal.
Objeciones a la candidatura
Las objeciones a la candidatura de Lijo provienen de asociaciones de jueces, de abogados y de empresarios. Estas organizaciones han expresado su preocupación por la posible influencia política en la designación del nuevo juez, ya que Lijo fue propuesto por el diputado Javier Milei, quien mantiene una relación cercana con el expresidente Mauricio Macri.
Disconformidad del Presidente con la Corte
Según fuentes oficiales y judiciales, la candidatura de Lijo también estaría motivada por la disconformidad del presidente Milei con los jueces del máximo tribunal. En particular, el Presidente estaría molesto por las demoras de la Corte en analizar el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/23, que fue fundacional de su Gobierno y cuyo capítulo laboral está suspendido.
Acumulación de demandas contra el Gobierno
La Corte Suprema también acumula demandas de las provincias contra el Gobierno nacional por los sucesivos recortes de fondos. Los reclamos provinciales ya suman 600.000 millones de pesos. Además, el Gobierno enfrenta demandas por la quita del subsidio al transporte, el cobro de fondos del Fondo Nacional de Incentivo Docente y la devolución de fondos coparticipables a la Ciudad de Buenos Aires.
La acumulación de demandas contra el Gobierno pone de manifiesto las tensiones entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial. La Corte Suprema, como máximo intérprete de la Constitución, tiene un papel fundamental en el control del poder político y la garantía de los derechos ciudadanos.