Oscar Pistorius: De atleta paralímpico a condenado por asesinato

El 14 de febrero de 2013, el atleta paralímpico sudafricano Oscar Pistorius, ahora de 37 años, mató a su novia, la modelo Reeva Steenkamp, de entonces 29 años. Pistorius, que en ese momento se encontraba en la cima de su carrera deportiva, la mató disparando hasta en cuatro ocasiones a través de la puerta del baño de su casa en Pretoria (Sudáfrica), cuando ella se encontraba dentro.

Él admitió haberla disparado, pero afirmó que la había confundido con un ladrón. Desde entonces, su vida ha sido una sucesión de condenas y apelaciones. Primero fue condenado a cinco años de cárcel por homicidio imprudente, luego a seis, y más tarde la pena se elevó a 15 años de prisión. Al final, la condena quedó fijada en 13 años y cinco meses, al descontar el tiempo que ya había pasado entre rejas.

De la gloria al ocaso

Pistorius, que hizo historia en 2012 al convertirse en el primer atleta doblemente amputado en competir en unos Juegos Olímpicos y cuenta con varias medallas en su palmarés deportivo, cayó en desgracia tras el trágico suceso. Fue puesto en libertad condicional el 5 de enero de este 2024, 11 años después de asesinar a su novia y tras casi nueve años en la cárcel.

Una nueva vida en el ostracismo

Tres meses después de su liberación, el exatleta se encuentra en una encrucijada. Oscar Pistorius vive ahora refugiado en la lujosa mansión de tres pisos de su tío Arnold en Pretoria. Sin duda, es una gran mejora en cuanto a alojamiento se refiere, después de pasar casi una década en una celda.

Pero según apuntan medios, como The New York Post, a Pistorius le surgen nuevos problemas en su nueva vida en semilibertad, después de que sus antiguos amigos lo hayan condenado al ostracismo y nadie se plantee ayudarle a encontrar trabajo.

El rechazo del mundo deportivo

Según el medio estadounidense, el exatleta se ha puesto en contacto con al menos dos miembros del Comité Paralímpico Internacional para preguntar sobre la posibilidad de trabajar juntos de alguna manera, pero ha sido rechazado en su intento de volver al mundo deportivo. “Es demasiado tóxico para trabajar con él ahora. Aquí no hay nada para él”, reconoció uno de los miembros al periódico.

Un nuevo camino en la iglesia

Así que, en el plano laboral, se ha visto obligado a cambiar la pista de atletismo por la iglesia. El medio estadounidense asegura que actualmente trabaja como voluntario en NG Kerk Waterkloof, la iglesia cristiana a la que acude su tío, donde realiza tareas de mantenimiento y conserjería. “Asiste en silencio a los servicios”, afirma el diario, que se ha puesto en contacto con varios feligreses.

Un hombre marcado

Pistorius, estará vigilado hasta que su sentencia termine oficialmente. Y eso será en 2029. Un agente de libertad condicional lo visita a horas aleatorias del día, según confirma el Departamento Correccional sudafricano. Además, está sujeto a pruebas periódicas de alcohol y de drogas. También tiene prohibido ponerse en contacto con la familia de Steenkamp.

El exatleta pasa sus días entre la iglesia y la mansión de su tío, en el exclusivo suburbio de Waterkloof. El complejo, según The New York Post, tiene guardias armados, defensas electrónicas y varios “perros de ataque”. Todo medidas de seguridad que en este caso lo protegen del exterior, al contrario de lo que ha vivido durante estos años de condena en la cárcel.