La temporada turística en Cataluña muestra altibajos
A lo largo de la costa catalana, los hoteleros enfrentan un panorama mixto en cuanto a ocupación turística este verano. Mientras que la Costa Brava y la Costa Daurada experimentan un ligero descenso en comparación con 2023, el Pirineo de Girona mantiene cifras similares.
Costa Brava y Costa Daurada: una disminución controlada
La Costa Brava ha pasado del 90% al 85% de ocupación, mientras que la Costa Daurada se sitúa entre el 75% y el 80%. A pesar de este descenso, los hoteleros no se alarman, ya que 2023 fue un año excepcional debido al efecto postpandemia.
El sector turístico catalán se enfoca en distribuir la temporada turística, reduciendo la presión sobre julio y agosto. Con este fin, hay esperanzas en las reservas para septiembre y octubre, especialmente de visitantes estadounidenses y británicos.
El Pirineo de Girona: estabilidad en la ocupación
El Pirineo de Girona mantiene una ocupación casi total en agosto, similar al año pasado. Sin embargo, la restauración ha sufrido un claro descenso, con una caída del 25%. Los restauradores atribuyen esta disminución a la contención del gasto y al aumento de las viviendas de uso turístico, que atraen visitantes pero no necesariamente generan consumo en los restaurantes.
Perspectivas positivas para Barcelona
En Barcelona, los datos disponibles hasta junio indican un aumento del 4,9% en las pernoctaciones en comparación con 2023 y del 5,9% respecto a 2019. La estancia media de los turistas ha alcanzado las tres noches, un 10,3% más que en 2019. Se espera que la ocupación hotelera para julio y agosto alcance el 87%, similar al verano pasado.
La Copa del América, que se celebrará en Barcelona hasta octubre, es vista como una gran noticia para la recuperación de eventos internacionales.