Cien días después de la devastadora DANA que azotó la Comunidad Valenciana, los damnificados siguen esperando un plan Marshall y las administraciones continúan enfrentadas.

Damnificados desesperados

Los afectados por la riada viven en una situación de incertidumbre y desamparo. Raúl Aliaga, dueño de un restaurante en Catarroja, uno de los municipios más afectados, ha tenido que invertir 200.000 euros de sus ahorros para reabrir su negocio. Denuncia la falta de ayudas y la lentitud de las administraciones en atender a los damnificados.

Christian Lesaec, presidente de la Asociación de Damnificados Horta Sud, califica de "nefasta" la gestión política de la DANA. Afirma que los afectados necesitan ayuda inmediata para reparar sus viviendas y negocios, así como para hacer frente a los gastos derivados de la riada.

Enfrentamiento político

El enfrentamiento entre la Generalitat Valenciana y el Gobierno central dificulta la gestión de la emergencia. El presidente valenciano, Carlos Mazón, acusa a la Confederación Hidrográfica del Júcar de no avisar de la crecida del barranco del Poyo, lo que provocó la inundación de varios pueblos.

El Gobierno, por su parte, asegura que ha dispuesto un total de 16.600 millones de euros en ayudas y que ha desembolsado 2.204 millones. Sin embargo, la Generalitat reclama más ayudas y rapidez en su concesión.

Falta de medios

Los damnificados también denuncian la falta de medios para reparar los daños causados por la DANA. Hay 4.660 ascensores todavía fuera de servicio y 90.000 vehículos retirados que se amontonan en los campos.

Solidaridad ciudadana

A pesar de la lentitud de las administraciones, los damnificados han recibido una oleada de solidaridad ciudadana. La Fundación Amancio Ortega ha puesto a disposición de los ayuntamientos afectados 100 millones de euros, y Mercadona ha inyectado la misma cantidad para costear comedores sociales, donar alimentos y reconstruir parques y jardines.

Conclusiones

Cien días después de la DANA, los damnificados siguen esperando un plan Marshall y las administraciones continúan enfrentadas. La situación de los afectados es desesperada y necesitan ayuda inmediata para reconstruir sus vidas.