Apple evalúa mantener la producción de iPhones en China pese a los aranceles de EE.UU.
La posibilidad de que Apple traslade la fabricación de sus iPhones a Estados Unidos, impulsada por las políticas arancelarias del expresidente Donald Trump, se está volviendo cada vez más improbable. A pesar de las presiones y los incentivos propuestos, varios factores clave están llevando a la compañía a reconsiderar esta estrategia y a mantener su producción en China. En este artículo, exploraremos los motivos detrás de esta decisión y las implicaciones que tiene para Apple y la economía global.

Complejidad de la cadena de suministro
Uno de los principales obstáculos para el traslado de la producción es la intrincada red de proveedores y fabricantes que Apple ha construido en China a lo largo de las últimas décadas. Esta cadena de suministro, que se ha ido perfeccionando desde la década de 1990, ofrece una eficiencia y una escala que serían difíciles de replicar en Estados Unidos. Según ámbito.com (s.f.), «los desincentivos para que Apple traslade su producción al país incluyen una cadena de suministro compleja que comenzó a construir en China durante la década de 1990».
Montar una nueva infraestructura en Estados Unidos implicaría años de trabajo y una inversión multimillonaria. El analista de Wedbush Securities, Dan Ives, citado por ámbito.com (s.f.), estima que «tomaría varios años y costaría miles de millones de dólares construir nuevas plantas en Estados Unidos». Este proceso no solo sería costoso, sino que también expondría a Apple a riesgos económicos considerables.

Impacto en los costos y precios
El traslado de la producción a Estados Unidos tendría un impacto directo en el precio de los iPhones. Los costos laborales y de producción en Estados Unidos son significativamente más altos que en China, lo que inevitablemente se traduciría en un aumento del precio final para el consumidor. Ives, citado por ámbito.com (s.f.), predice que «el precio actual de 1.000 dólares para un iPhone fabricado en China, o India, se disparará a más de 3.000 si la producción se traslada a Estados Unidos». Este aumento podría afectar negativamente las ventas y la competitividad de Apple en el mercado global.
Además, la disponibilidad de mano de obra cualificada en Estados Unidos es otro factor a considerar. Tim Cook, CEO de Apple, expresó en una conferencia en China en 2017 sus dudas sobre la capacidad del mercado laboral estadounidense para satisfacer las demandas de la fabricación de iPhones. Cook, citado por ámbito.com (s.f.), señaló: «En Estados Unidos podrías tener una reunión de ingenieros de herramientas y no estoy seguro de que pudiéramos llenar la sala. En China, podrías llenar múltiples campos de fútbol».
La postura de Apple ante los aranceles
Apple ha mantenido una postura cautelosa ante los aranceles impuestos por Estados Unidos a los productos chinos. Aunque la compañía no ha realizado declaraciones públicas sobre su estrategia, se espera que el tema sea abordado en la próxima conferencia telefónica trimestral, donde el CEO Tim Cook responderá preguntas de los analistas. Según ámbito.com (s.f.), «el tema podría surgir el 1 de mayo, cuando el CEO de Apple, Tim Cook, tiene programado responder preguntas de los analistas durante una conferencia telefónica trimestral para discutir los resultados financieros y la estrategia de la compañía».
La presión sobre Apple es evidente, ya que el precio de sus acciones ha disminuido significativamente desde que se intensificaron los aranceles. Sin embargo, la compañía cuenta con un margen de maniobra gracias a los ingresos generados por sus servicios y suscripciones, que no se ven afectados por los aranceles. Dipanjan Chatterjee, analista de Forrester Research, citado por ámbito.com (s.f.), explica que «Apple puede absorber algunos de los aumentos de costos inducidos por los aranceles sin un impacto financiero significativo, al menos a corto plazo».
Alternativas y compromisos
En un intento por apaciguar las tensiones, Apple anunció en febrero planes para invertir 500.000 millones de dólares y contratar a 20.000 personas en Estados Unidos hasta 2028. Sin embargo, esta inversión no está directamente vinculada a la fabricación de iPhones en el país. En cambio, Apple se comprometió a financiar un centro de datos en Houston para servidores informáticos que impulsan la inteligencia artificial. Según ámbito.com (s.f.), «Apple intentó apaciguar a Trump en febrero al anunciar planes para gastar 500.000 millones de dólares y contratar a 20.000 personas en Estados Unidos hasta 2028, pero nada de eso estaba vinculado a la fabricación de un iPhone en el país».
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Levitt, sugirió que esta inversión es una señal de que Apple considera viable la fabricación en Estados Unidos. Sin embargo, la realidad es que Apple está explorando otras alternativas, como la fabricación de iPhones en India y Vietnam, para diversificar su cadena de suministro y reducir su dependencia de China. Según ámbito.com (s.f.), «los aranceles del primer mandato de Trump sobre China también llevaron a Apple a comenzar un proceso que llevó a que algunos de sus iPhones actuales se fabricaran en India y algunos de sus otros productos se fabricaran en Vietnam».
Conclusión
A pesar de las presiones políticas y económicas, Apple sigue evaluando cuidadosamente sus opciones en cuanto a la fabricación de iPhones. La complejidad de la cadena de suministro, el impacto en los costos y la disponibilidad de mano de obra cualificada son factores clave que están influyendo en su decisión. Aunque el traslado de la producción a Estados Unidos parece poco probable en el corto plazo, Apple está tomando medidas para diversificar su cadena de suministro y reducir su exposición a los riesgos geopolíticos.