Rompiendo la persistencia de los precios de los servicios para continuar con la baja inflación

La inflación subyacente en México continúa su tendencia a la baja, situándose en el 3,95% en la primera quincena de septiembre, según Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México (Banxico). Sin embargo, para alcanzar la meta del 3% en 2025, es crucial romper la persistencia de los precios de los servicios, que se mantienen por encima del 5% desde julio de 2022.

La desinflación de las mercancías llega a su límite

La caída de la inflación subyacente hasta ahora se ha atribuido principalmente a la disminución de los precios de las mercancías, que se sitúan claramente por debajo de su promedio histórico del 5,4% entre 2003 y 2019. Sin embargo, Heath advierte que es poco probable que los precios de las mercancías sigan bajando significativamente.

El consumo impulsa la inflación de los servicios

Heath destaca que el consumo, que se mantiene relativamente dinámico, está impulsando la inflación de los servicios, que son muy susceptibles a estas condiciones. Los programas sociales, las revisiones salariales y un tipo de cambio favorable contribuyen a mantener el dinamismo del consumo.

Mantener la postura monetaria

Ante esta situación, Heath aboga por mantener la postura monetaria restrictiva hasta que se rompa la persistencia de la inflación de los servicios. El Banco de México ha subido las tasas de interés en las últimas reuniones para controlar la inflación.

Heath prevé que la economía mexicana crecerá entre el 1% y el 2% en la segunda mitad del año, impulsada por el consumo y la inversión en infraestructura. Sin embargo, advierte que las exportaciones se estancarán y que la inversión podría verse afectada por el cambio de sexenio.

«Es muy difícil pensar que van a bajar mucho más los precios de las mercancías para seguir jalando la subyacente hacia abajo».

—Jonathan Heath, subgobernador de Banxico

La ruptura de la persistencia de la inflación de los servicios es un desafío clave para Banxico en su objetivo de alcanzar la meta de inflación del 3%. Mantener una postura monetaria restrictiva y abordar los factores subyacentes que impulsan la inflación serán esenciales para lograr la estabilidad de precios a largo plazo.