Barcelona mejora su imagen con un plan de limpieza que reduce las pintadas un 95%

El Ayuntamiento de Barcelona, con una inversión de 16 millones de euros, está llevando a cabo un plan de limpieza que ha conseguido reducir las pintadas en un 95% en los últimos seis meses. Este plan incluye la limpieza de mobiliario urbano, jardines, fuentes, mercados municipales y grandes infraestructuras.

Un plan integral para toda la ciudad

El nuevo plan de limpieza se centra en tres pilares fundamentales. Primero, se ha aumentado el número de equipos de limpieza a 36, que trabajan de forma intensiva y reiterada en las zonas prioritarias. Estas zonas son 360 calles de distintos barrios, que suman un total de 3,3 millones de metros cuadrados.

El segundo pilar del plan es la especialización de cuatro equipos en la limpieza de fachadas catalogadas. Estos equipos utilizan material más eficaz y han pasado de limpiar dos fachadas al día a entre tres y cuatro.

El tercer pilar es la llegada del plan de limpieza a los mercados municipales y grandes infraestructuras. De los 39 mercados que hay en la ciudad, ya se ha intervenido en todos los de interés local, excepto Vall d'Hebron, y en agosto se seguirá con los de interés urbano y documental.

Los vecinos responden positivamente

El plan de limpieza está dando sus frutos y los vecinos están respondiendo positivamente. Desde el inicio del plan, las peticiones de limpieza se han multiplicado por 2,5, pasando de 1.554 en el primer semestre de 2023 a 4.038 en el mismo periodo de este año.

La teniente de alcalde, Laia Bonet, ha destacado la importancia de este plan para mejorar la imagen de la ciudad y la calidad de vida de los vecinos. "El plan Endreça está funcionando, en general y en la limpieza", ha afirmado Bonet.

La Guardia Urbana refuerza su presencia

El Ayuntamiento de Barcelona también ha reforzado la presencia de la Guardia Urbana en el espacio público para apoyar el plan de limpieza. Desde enero, se han puesto 242 denuncias por pintadas en el espacio público, que han aumentado su importe de 300 a 500 euros, pudiendo alcanzar los 600 si se trata de una fachada patrimonial.

Esta medida ha ayudado a disuadir a los infractores y a mejorar la seguridad en las calles de Barcelona.