El turismo de cruceros en México experimenta un auge en el Caribe, mientras el Pacífico enfrenta desafíos

México está presenciando un panorama contrastante en su industria de cruceros. Mientras la región del Caribe experimenta un crecimiento significativo en la llegada de turistas, el Pacífico lucha por mantener sus números. Según un informe reciente de la Dirección General de Puertos, perteneciente a la Secretaría de Marina, el número de cruceristas que ingresaron a México a través del Caribe en enero de 2025 se elevó a 846,766, lo que representa un impresionante aumento del 15.5% en comparación con el mismo período del año anterior (Dirección General de Puertos, 2025).

El Caribe brilla con fuerza

Este auge en el Caribe se atribuye, en gran medida, al creciente reconocimiento internacional de la zona como un destino atractivo para los turistas. Arturo Musi, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas para la Atención de Cruceros Turísticos (Amepact), subraya que este incremento es un reflejo del atractivo que la región ejerce sobre los visitantes extranjeros (Musi, 2025). Sin embargo, Musi también advierte que aún hay mucho margen de mejora en la atracción de viajeros. Enfatiza la necesidad de una mayor inversión no solo en infraestructura, sino también en la promoción efectiva de los destinos caribeños de México.

Entre los puertos del Caribe que han mostrado un desempeño particularmente positivo se encuentran Progreso, Yucatán, que experimentó un crecimiento notable del 165%, y Majahual, Quintana Roo, con un aumento del 25.2% (Dirección General de Puertos, 2025). Cozumel, el principal destino de cruceros del país, también registró un incremento del 5.6% en la llegada de cruceristas durante el mes de enero.

Desafíos en el Pacífico: Infraestructura y Profundidad

En contraste con el éxito del Caribe, la zona del Pacífico experimentó una disminución del 1.7% en la llegada de cruceristas en enero de 2025, con un total de 301,670 visitantes (Dirección General de Puertos, 2025). Arturo Musi (2025) explica que esta situación se debe, en gran medida, a la falta de infraestructura adecuada en los puertos de la región para recibir barcos de mayores dimensiones.

Musi destaca la necesidad de llevar a cabo obras significativas en estos destinos para aumentar la profundidad de los muelles y permitir la llegada de embarcaciones con mayor capacidad de pasajeros. La falta de inversión en infraestructura está limitando la capacidad de los puertos del Pacífico para capitalizar el creciente mercado de cruceros.

Puertos específicos del Pacífico en declive

El informe de la Dirección General de Puertos revela que algunos puertos del Pacífico, como Huatulco, Oaxaca, y Manzanillo, Colima, han experimentado caídas significativas en la recepción de viajeros, con disminuciones del 88.3% y 65.9%, respectivamente (Dirección General de Puertos, 2025). Otros destinos, como Los Cabos (64.4%), Puerto Vallarta (12.2%) y Mazatlán (12.1%), también registraron un desempeño negativo en enero.

Implicaciones económicas y futuras perspectivas

Esta disparidad entre el Caribe y el Pacífico tiene importantes implicaciones económicas para las diferentes regiones de México. El auge del turismo de cruceros en el Caribe está generando empleos y oportunidades de negocio en la zona, mientras que la disminución en el Pacífico podría afectar negativamente a las economías locales que dependen de esta industria.

Para garantizar un crecimiento sostenible y equitativo en todo el país, es fundamental que se realicen inversiones estratégicas en la infraestructura portuaria del Pacífico. Esto permitiría a los puertos de la región competir de manera más efectiva en el mercado global de cruceros y aprovechar al máximo su potencial turístico.

En resumen, el panorama del turismo de cruceros en México es complejo y multifacético. Si bien el Caribe está experimentando un crecimiento significativo, el Pacífico enfrenta desafíos importantes que deben abordarse para garantizar un futuro próspero para la industria en todo el país. Roberto Valadez (2025), en Milenio, señala la importancia de equilibrar el crecimiento entre ambas costas para un desarrollo turístico nacional más robusto y equitativo.