La Generalitat denuncia la desigual financiación autonómica
La Generalitat de Cataluña ha publicado los datos de liquidación del modelo de financiación autonómica del año 2022, que muestran que Cataluña sigue siendo una de las comunidades peor financiadas, a pesar de ser la tercera que más recursos aporta al sistema por habitante. Según el Departamento de Economía y Finanzas de la Generalitat, Cataluña recibe un 17% menos de recursos por habitante que la media española, y un 42,7% menos que Madrid.
La consellera de Economía, Natàlia Mas, ha señalado que "esto solo cambiará cuando recaudemos todos nuestros impuestos", insistiendo en la petición de ERC de contar con un sistema de financiación singular para Cataluña.
Comunidades más pobres, más ricas
Uno de los aspectos más llamativos de los datos publicados por la Generalitat es que varias comunidades más pobres que Cataluña acaban recibiendo más recursos per cápita tras la nivelación del sistema. Por ejemplo, Cantabria, La Rioja y Extremadura se convierten en las tres primeras comunidades más ricas tras la nivelación, con más de 4.000 euros per cápita.
Este hecho se debe a que el sistema de financiación autonómica tiene en cuenta factores como la población, la superficie y el coste de la vida en cada comunidad. En el caso de Cataluña, el coste de la vida es más alto que en otras comunidades, lo que hace que reciba menos recursos per cápita.
La Generalitat también critica el retraso en la actualización del modelo de financiación, que lleva sin reformarse desde 2009. El actual modelo de financiación, basado en anticipos, ha provocado que la Administración del Estado haya visto cómo mejoraban sus ingresos un 88,7%, mientras que las comunidades autónomas solo conseguían una subida del 40,5%.
La financiación autonómica es uno de los puntos de negociación entre el PSC y ERC para intentar sacar adelante la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat. Los republicanos quieren salir del régimen común y contar con una suerte de concierto catalán, con algunas similitudes con el vasco y el navarro, exigencia que no se asume desde el Gobierno.