La respuesta de China a las restricciones tecnológicas de EU: Prohibición de minerales esenciales

La relación entre Estados Unidos y China atraviesa una etapa de tensión tras la prohibición impuesta por el gobierno chino a la exportación de galio, germanio y antimonio hacia territorio estadounidense. Esta medida surge como respuesta a las restricciones establecidas por la administración Biden sobre el acceso de China a tecnología avanzada para la fabricación de semiconductores.

El control de China en la cadena de suministro

China domina el mercado global de estos minerales esenciales, controlando el 94% del suministro de galio, el 83% del germanio y el 48% del antimonio. Esta prohibición fortalece su control sobre las cadenas de suministro críticas a nivel mundial, poniendo en jaque la capacidad de Estados Unidos para acceder a estos materiales indispensables para la producción de semiconductores, armamento avanzado y tecnología infrarroja.

El desafío para Estados Unidos

Estados Unidos depende en gran medida de las importaciones para obtener minerales críticos, lo que los hace vulnerables a las interrupciones en el suministro. El país importa el 100% de 15 minerales críticos y más del 50% de otros 49, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

La administración Biden ha tomado medidas para reducir esta dependencia, como la creación de la Minerals Security Partnership con 22 países y la Unión Europea. Sin embargo, estas acciones aún no han eliminado la dependencia estadounidense de China.

Las implicaciones para la administración Trump

El nuevo presidente electo, Donald Trump, enfrenta el desafío de abordar esta dependencia. Se espera que su administración busque acelerar los permisos para la extracción de minerales en suelo estadounidense, reducir las regulaciones ambientales e incentivar la minería doméstica.

El camino hacia la independencia

El camino de Estados Unidos hacia la independencia en minerales críticos requerirá una combinación de minería doméstica, desarrollo de alternativas tecnológicas y diplomacia internacional. La administración Trump deberá equilibrar sus objetivos de seguridad nacional con la sostenibilidad ambiental y la cooperación global.

La competencia por los recursos en regiones ricas en minerales, como América Latina y África, se intensificará, marcando una nueva etapa en la rivalidad entre China y Estados Unidos.