Relaciones Hispano-Marroquíes: Un Presente de Cooperación y Desafíos

En el panorama actual de las relaciones internacionales, España y Marruecos se encuentran en un momento clave de cooperación bilateral, marcado por una serie de encuentros diplomáticos y acciones conjuntas que buscan fortalecer sus enlaces y abordar temas de interés común. Este acercamiento, simbolizado en la reunión del 7 de abril de 2022 entre el rey de Marruecos Mohamed VI y el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha inaugurado una etapa de entendimiento y amistad que parece proyectarse hacia el futuro con solidez y determinación, a pesar de los retos y complejidades que implican sus diferencias históricas y culturales.

Con una población de casi 800.000 marroquíes en España y las relaciones comerciales en constante crecimiento, ambos países se revelan mutuamente indispensables. España, posicionándose como el segundo socio comercial de Marruecos, alberga una presencia empresarial notable en el territorio marroquí, con más de 600 empresas de mayoría española y alrededor de 3.500 con participación no mayoritaria, lo que se traduce en un intercambio comercial que ya supera los 20.000 millones de euros.

En los esfuerzos por construir puentes y afianzar la amistad, España ha respaldado el plan marroquí de autonomía para el Sáhara, una postura que, si bien ha suscitado debates, se presenta como una opción sensata y lógica para mejorar el bienestar de los saharauis. Asimismo, se ha destacado el papel progresista de Marruecos en el contexto árabe y africano, un país que tras la 'primavera árabe' adoptó una nueva constitución y ha mostrado estabilidad y avances en materia de derechos humanos.

En este complejo tablero de ajedrez diplomático, han surgido voces críticas cuestionando los motivos ocultos y la independencia en la toma de decisiones de la política exterior española. Pero más allá de especulaciones, lo que es incuestionable es la necesidad imperante de diálogo y colaboración entre España y Marruecos, dos naciones que comparten no solo una geografía, sino también un entramado de intereses políticos, económicos y sociales que demandan una gestión consciente y estratégica.