Deuda Soberana Asfixia a las Economías Avanzadas: ¿Es Sostenible el Modelo Actual?

Los países ricos están destinando una porción cada vez mayor de su producción económica al pago de intereses de la deuda, superando incluso el gasto en defensa y vivienda. Esta preocupante tendencia, según un informe reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), plantea serias interrogantes sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas en las economías más avanzadas del mundo.

Según el informe, los costos del servicio de la deuda como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) para los 38 países miembros de la OCDE se elevó al 3.3% en 2024, un incremento significativo desde el 2.4% registrado en 2021. En contraste, el Banco Mundial estima que estos mismos países gastaron un 2.4% de su PIB en sus fuerzas armadas durante 2023. Esta disparidad pone de manifiesto la creciente presión que ejerce la deuda sobre las economías desarrolladas.

El Impacto en las Principales Economías

El impacto de esta creciente carga de la deuda se siente con mayor intensidad en algunas de las principales economías del mundo. En Estados Unidos, los costos de los intereses alcanzaron el 4.7% del PIB, mientras que en el Reino Unido se situaron en el 2.9% y en Alemania en el 1%. Estos datos revelan la magnitud del desafío que enfrentan estos países para gestionar sus finanzas públicas en un entorno de crecientes tasas de interés y elevados niveles de endeudamiento.

Emily Herbert (2024), en su artículo para Financial Times, citado por Grupo Milenio, destaca que los costos de endeudamiento han aumentado en los últimos meses debido a las expectativas de una inflación persistente y un aumento en la emisión de deuda por parte de los gobiernos para financiar el gasto en defensa y otras políticas de estímulo fiscal.

Advertencias de la OCDE

La OCDE ha advertido sobre el riesgo de que el aumento de los rendimientos y el creciente endeudamiento limiten la capacidad de endeudamiento futuro en un momento en que las necesidades de inversión son más grandes que nunca. La organización destaca una «perspectiva difícil» para los mercados globales de deuda, señalando que el endeudamiento soberano entre los países de altos ingresos alcanzará un nuevo récord de 17 billones de dólares en 2025.

«Con el doble impacto del aumento de los rendimientos y el creciente endeudamiento se corre el riesgo de limitar la capacidad de endeudamiento futuro en un momento en que las necesidades de inversión son más grandes que nunca» (OCDE, 2024).

¿De la Recuperación a la Inversión?

Carmine Di Noia, director de asuntos financieros y empresariales de la OCDE, argumenta que gran parte del endeudamiento de los últimos 20 años se destinó a la recuperación de la crisis financiera de 2008 y la pandemia de COVID-19. Di Noia sugiere que ahora es necesario pasar de la recuperación a la inversión, priorizando el gasto en infraestructura y proyectos relacionados con el clima. Según Di Noia, «el endeudamiento debe impulsar el crecimiento» para que los gobiernos puedan «estabilizar y reducir de manera efectiva su relación de deuda y PIB» (Milenio, 2024).

El Desafío del Refinanciamiento

Sin embargo, el panorama se complica por el aumento de los rendimientos de los bonos, que encarece el refinanciamiento de la deuda existente. El informe de la OCDE señala que casi el 45% de la deuda soberana de la OCDE vence en 2027. Di Noia advierte que las condiciones favorables que existían cuando se emitió gran parte de esta deuda han empeorado significativamente.

El Cambio en el Perfil de los Tenedores de Bonos

Otro factor que contribuye a las costosas condiciones del servicio de la deuda es el cambio en el perfil de los tenedores de bonos soberanos. A medida que los bancos centrales retiran los programas de compra de bonos de emergencia, las tenencias de bonos gubernamentales de los bancos centrales han disminuido en 3 billones de dólares desde su máximo de 2021, y se espera que disminuyan en otro billón de dólares este año.

Esta situación implica que los inversionistas privados, a quienes Di Noia califica de «más sensibles al precio», compensarán la diferencia. Esta mayor sensibilidad expone a los emisores a una mayor volatilidad y a una mayor incertidumbre geopolítica y macroeconómica. La estabilidad económica de los países desarrollados se encuentra, por lo tanto, en una encrucijada.

Implicaciones Futuras

La situación actual plantea importantes interrogantes sobre el futuro de las finanzas públicas en los países desarrollados. Si los gobiernos no logran controlar el crecimiento de la deuda y fomentar inversiones que impulsen el crecimiento económico, corren el riesgo de entrar en un círculo vicioso de endeudamiento y austeridad que podría socavar su estabilidad económica y social.