La tierra se encarece con los fondos de inversión y la mayor demanda de alimentos
El interés inversor impulsa un aumento discreto pero continuo de los precios de las fincas rústicas, cuyas compraventas crecen con fuerza hasta septiembre.
Crecimiento sostenido del precio de la tierra
La tierra para usos agrarios ha experimentado en los últimos años un discreto pero permanente movimiento que se ha reflejado tanto en las transmisiones de fincas rústicas como en las cotizaciones de las mismas. En 2023, un año marcado por la sequía, se realizaron unas 149.000 operaciones de compraventa de fincas rústicas en España, un 5,4% menos que el año anterior. Esto se vio, en parte, compensado por las 182.000 herencias de este tipo de propiedades, un 2,2% más, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Los datos del Ministerio de Agricultura indican que los precios de la tierra pasaron de una media de 10.124 euros por hectárea en 2020 a 10.263 euros en 2022. El portal digital Cocampo apunta un precio medio en 2023 de 10.948 euros.
Factores que influyen en el valor de las fincas rústicas
El valor de las fincas rústicas está influenciado por diversos factores, como la calidad de la tierra, sus posibilidades de cultivo, la demanda en cada zona y la distancia a núcleos urbanos. Además, la presencia de grandes grupos empresariales o políticas públicas enfocadas a propiciar la compra de tierras también influyen en los precios.
Retos y oportunidades en el sector agrario
La compraventa de tierras se ve en el sector primario como un medio para aumentar el tamaño de las explotaciones, lo que ayudaría a garantizar su viabilidad. Con ello, además, se favorecería la incorporación de jóvenes al sector.
Sin embargo, también existen retos y oportunidades en el sector agrario. La organización Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) reclama un impulso al acceso a la tierra por la vía del crédito, los avales públicos y la eliminación de trabas burocráticas. También pide hacer más sencillo el arrendamiento.
La tierra de cultivo es también un arma estratégica ante las previsiones del incremento de la demanda alimentaria. Se calcula que esta crecerá un 50% con respecto a los niveles actuales hacia 2050. En ese sentido, la FAO advierte sobre la reducción de tierras para el cultivo en el mundo y la necesidad de políticas sostenibles para garantizar la seguridad alimentaria.
"El interés de los grandes fondos en tierras rústicas refleja la importancia estratégica de este activo en un contexto de creciente demanda alimentaria y escasez de recursos naturales". - Vidal Maté, autor del artículo en El País.
En definitiva, el mercado de la tierra rústica presenta un panorama dinámico con oportunidades y desafíos para el sector agrario. El aumento de la demanda, la llegada de nuevos inversores y las políticas públicas juegan un papel crucial en la evolución de los precios y el futuro del campo español.