El astuto impostor José Trinidad Márquez, con más de tres décadas de treta, se presenta como ejecutivo de la petrolera Pemex para embaucar a grandes empresas madrileñas y sacarles comisiones por supuestas licitaciones.

Modus operandi de un maestro del engaño

Márquez, un venezolano de 70 años, se viste con elegancia y se codea en zonas exclusivas de Madrid. Se hace pasar por director general y CEO para Europa de Pemex, entregando tarjetas de visita para dar credibilidad a su farsa.

Su técnica consiste en lanzar su red a numerosas empresas, como Samsung, Siemens, Mitsubishi y Rolls Royce, ofreciendo oportunidades de negocio irresistibles pero falsas. En noviembre y diciembre de 2024, contactó con casi treinta compañías.

Para dar apariencia de legitimidad, Márquez proporciona licitaciones reales de Pemex y detalla instrucciones para rellenarlas. Sin embargo, el transcriptor contratado, un inmigrante nicaragüense, pronto se dio cuenta de irregularidades.

Un timo a gran escala

Al menos una empresa cayó en la trampa de Márquez, entregando 12.000 euros como fianza para un concurso de inversiones petroleras en villas de lujo.

Un historial delictivo

El largo historial delictivo de Márquez incluye estafas previas. En 1998, intentó timar a Astilleros Españoles; en 2009, estafó 247.000 euros a Técnicas Reunidas; en 2014, extrajo 4,5 millones de euros del banco portugués Espirito Santo; y en 2017, fue acusado de estafar a las empresas del exvicepresidente del Real Madrid, Fernando Fernández-Tapias.

La verdad al descubierto

El transcriptor finalmente confirmó las sospechas cuando Pemex respondió a su consulta, confirmando la usurpación de identidad de Márquez.

La Unidad de Delitos Económicos y Financieros de la Policía está investigando el caso, pero Márquez aún no ha respondido a los intentos de contacto de este periódico.

Un estafador en activo

El transcriptor cree que Márquez sigue activo, buscando a alguien que le ayude a continuar con sus engaños. Su larga trayectoria de impostura sugiere que probablemente tenga razón.