El sueño del canal Danubio-Bucarest vuelve a cobrar vida en Rumanía

El proyecto faraónico iniciado por el dictador Nicolae Ceaușescu en 1986 para unir el Danubio con Bucarest resurge con fuerza en Rumanía. La Agencia Nacional de Protección del Medio Ambiente ha solicitado los permisos ambientales para convertir los ríos Argeș y Dâmbovița en navegables, un paso clave para reanudar las obras.

El sueño de Ceaușescu

La megalomanía de Ceaușescu pretendía convertir Bucarest en un puerto sobre el Danubio, alzando a la capital rumana como polo económico y turístico del segundo curso fluvial más largo de Europa. El canal, diseñado para tener 73 kilómetros de largo y 80 metros de ancho, debía incluir cuatro esclusas y tres puertos.

Reanudación de las obras

Tras la caída del régimen comunista en 1989, el proyecto quedó abandonado y la mayor parte del material fue robado y vendido como chatarra. Sin embargo, los sucesivos gobiernos rumanos han mantenido la idea sobre la mesa, y ahora parece que cobra fuerza.

La Administración de la Compañía Nacional de Canales Navegables ha expresado su deseo de reanudar los trabajos, alegando que la nueva red europea de transporte naval alcanzaría una capacidad de transporte de más de 24 millones de toneladas por año.

Beneficios esperados

Las autoridades rumanas destacan los múltiples beneficios que traería el canal. Sería la ruta de transporte más rápida y barata, especialmente ahora que los puertos rumanos están saturados por las mercancías procedentes de Ucrania a causa de la ofensiva rusa.

Además, serviría para potenciar el turismo y la agricultura. Permitiría cruceros desde la capital al Delta del Danubio, así como a otras ciudades importantes como Belgrado, Budapest, Bratislava o Viena. Estiman que al menos 10.000 turistas tomarían esta ruta marítima, con un consumo medio de 300 euros por persona.

Del mismo modo, prevén que miles de hectáreas agrícolas se beneficiarían del suministro de agua, lo que impulsaría el sector.

Apoyos y financiación

La iniciativa cuenta con el apoyo de la Cámara de Comercio e Industria de Rumanía y del actual ministro de Energía, Sebastian Burbuja. Este lo califica como "un buen proyecto con una clara utilidad económica", enumerando los beneficios mencionados anteriormente.

Para financiar las obras, que se calculan en más de 1.700 millones de euros, se buscará financiación una vez que se conozca el estudio de viabilidad, previsto para julio.

Si todo sale según lo previsto, el sueño del canal Danubio-Bucarest podría hacerse realidad, cumpliendo así un anhelo que se remonta a 1880, cuando se esbozó la primera idea.