El príncipe Paul Lambrino de Rumania es detenido en Malta

El príncipe Paul Lambrino de Rumania, conocido también como Paul-Philippe de Rumania, fue detenido el domingo 28 de abril en un complejo turístico de Malta por agentes de las policías rumanas y maltesas, según informaron fuentes judiciales a los medios de comunicación. La ministra de Justicia rumana, Alina Gorghiu, ha afirmado este lunes que el príncipe Paul permanecerá bajo arresto preventivo en la isla mediterránea hasta el próximo 9 de mayo. Hasta entonces, intentará proporcionar toda la documentación a la justicia maltesa para que proceda a su entrega a Bucarest.

Condena y fuga

La justicia rumana emitió en diciembre de 2020 una orden europea de búsqueda después de que el Tribunal de Casación lo condenara y él se diera a la fuga. El Tribunal lo condenó a tres años y cuatro meses de prisión por tráfico de influencias, blanqueo de capital y soborno al pertenecer a un grupo criminal que buscaba restituir de forma ilegal tierras que aseguraba que le correspondían como heredero de la familia real rumana y que habían sido confiscadas por el régimen comunista.

La restitución ilegal de tierras

El príncipe Paul entró a formar parte de una organización ilícita, según la máxima instancia judicial del país de Europa del Este, con el objetivo de beneficiarse de una ley gubernamental que permitía la restitución de propiedades expropiadas por las autoridades dictatoriales. Fue acusado de haber trabajado con una banda criminal entre 2006 y 2013 para recuperar grandes parcelas de terrenos que reivindicaba como beneficiario de la casa real, entre las que se encontraban 47 hectáreas del bosque de Snagov y otras 27 hectáreas de la antigua granja real situada en Baneasa, ambas al norte de Bucarest.

Derechos vendidos a un magnate israelí

Los derechos de estas dos codiciadas tierras fueron vendidos en 2006 al magnate israelí de los diamantes Beny Steinmetz y sus socios. El Tribunal Superior de Rumania lo condenó a finales de 2020 a más de tres años de cárcel. Pero, esa misma noche, la policía no halló a Paul-Philippe de Rumania en su residencia habitual, por lo que la alta instancia dictó una orden europea de búsqueda para detener al fugado.

Negativa a la extradición

Paul Lambrino, de 76 años, se negó a ser extraditado a su país de origen alegando que el caso en su contra era eminentemente político. "No he hecho nada ilegal o incorrecto. Confío en que Francia me sacará de esta pesadilla", llegó a asegurar el príncipe. "Me acusan porque se me considera el heredero de mi abuelo", aseveró.

Reconocimiento como heredero al trono

El padre de Paul-Philippe, Carlos Mircea Grigore Lambrino, luchó todo lo que estuvo en sus manos para que se le reconociera como el heredero legítimo del rey Carlos II, quien gobernó de 1930 a 1940, y a quien siguió su hijo Miguel I, quien abdicó en 1947 por la llegada al poder de los comunistas tras la Segunda Guerra Mundial. El Tribunal Superior de Rumania acabó dándole la razón en enero de 2012 al conferirle de manera oficial el reconocimiento como heredero del trono.