La quiebra de un gigante del acero: AHMSA se desploma bajo una deuda de 5.000 millones de dólares
La histórica siderúrgica mexicana Altos Hornos de México (AHMSA) ha sucumbido a la bancarrota tras años de problemas financieros, deudas abrumadoras y negociaciones fallidas. El cierre definitivo de su emblemático complejo en Monclova, Coahuila, marca el fin de una era para la otrora capital del acero de México.
Los orígenes y el ascenso
AHMSA nació en 1942 con capital estatal y fue adquirida en 1991 por Grupo Acerero del Norte, liderado por Alonso Ancira Elizondo. En sus inicios, la empresa experimentó un crecimiento notable y planeó expandirse a Latinoamérica. Sin embargo, la caída de los precios de los metales a finales de los 90 frenó sus ambiciones.
En 1999, AHMSA se declaró en suspensión de pagos y Ancira Elizondo se exilió en Israel para evitar cargos por fraude fiscal. A pesar de su ausencia, mantuvo el control de la empresa, que se recuperó temporalmente gracias al aumento de los precios del acero en 2006.
Escándalos y deudas
En 2019, Ancira Elizondo fue implicado en el escándalo de sobornos de Odebrecht, lo que minó aún más la situación financiera de AHMSA. La empresa acumulaba deudas millonarias con el fisco, Pemex y otras entidades, mientras luchaba por mantener su producción.
La detención de Ancira en España marcó un punto de inflexión para AHMSA. Aunque fue liberado en 2021, la empresa no logró remontar el vuelo y suspendió sus operaciones a principios de 2023, dejando a 1.700 trabajadores en el limbo.
El último intento de rescate
En un último esfuerzo por salvar a AHMSA, Ancira dimitió y dio paso al fondo de inversión estadounidense Argentem. Sin embargo, las negociaciones con posibles compradores fracasaron y el Gobierno de López Obrador se mostró reacio a intervenir debido a la mala gestión y los vínculos políticos de la empresa.
El fin de una era
La quiebra de AHMSA es un duro golpe para la economía regional y para la industria siderúrgica mexicana. Sus deudas ascienden a unos 5.000 millones de dólares, y la venta de sus activos probablemente solo cubrirá una pequeña parte de este enorme pasivo.
El cierre de AHMSA deja un vacío en el mercado del acero y un doloroso recuerdo de una empresa que una vez fue un símbolo de orgullo industrial. La corrupción y la mala gestión han llevado a su desaparición, dejando atrás un legado de deudas y promesas incumplidas.