La agonía del mercado del gas en Europa parece no tener fin. Tras varios años de descensos, drásticamente acelerados por la invasión rusa de Ucrania en 2022 y los consiguientes cortes en el suministro de gas ruso, la demanda de este combustible en la Unión Europea (UE) en 2024 apunta a una nueva caída que podría dejarla en niveles de 1984. Hace cuatro décadas, la economía europea era siete veces menor que la actual.

Desplome de la demanda industrial y caída del consumo de gas para generar electricidad

El último estudio de la Universidad de Columbia (Nueva York, EE. UU.) revela dos factores clave detrás de esta disminución: el desplome de la demanda de la industria europea, especialmente en 2022, y la notable caída en el consumo de gas para generar electricidad. Estos factores se han visto respaldados por unos inviernos más suaves de lo habitual, lo que ha reducido la necesidad de gas para calefacción.

Factores geopolíticos y especulación impulsan los precios del gas

Sin embargo, a pesar de la menor demanda, los precios del gas se mantienen altos. El índice holandés TTF, la referencia en el Viejo Continente, ha subido un 70% desde febrero. Este fenómeno se atribuye a la prima geopolítica que pagan los consumidores debido al conflicto en Ucrania y las tensiones en Oriente Medio.

La reciente demanda asiática, particularmente en Japón y Corea del Sur debido a las olas de calor, y la especulación también contribuyen a la desconexión entre la demanda y los precios.

Implicaciones para el futuro del mercado del gas

La actual dependencia de Europa del gas natural licuado (GNL) la hace vulnerable a las dinámicas del mercado global. Pedro Cantuel, analista de Ignis Energía, cree que la demanda de gas en Europa nunca volverá a los niveles anteriores a 2022. Sin embargo, prevé un ligero crecimiento de la demanda de electricidad en el largo plazo.

Medidas para mitigar la crisis

Para mitigar la crisis, la UE está incrementando la generación de energía renovable y reduciendo su dependencia del gas ruso. También está explorando nuevas fuentes de gas, como el GNL estadounidense.