El Parlament tumba el Hard Rock: Comunes, ERC y PSC eliminan las ventajas fiscales del casino
Tras un largo proceso de debate y discusión, y después de convertirse en un tema recurrente en la política catalana durante 2024, el proyecto del Hard Rock se aleja casi definitivamente de Cataluña.
El Parlament ha aprobado este miércoles con el apoyo de PSC, ERC, Comunes y CUP la revocación de las ventajas fiscales aprobadas en 2014 para facilitar la llegada de inversores al macroproyecto de la Costa Daurada. El texto definitivo se aprobará la próxima semana.
Siete meses después de que, sin siquiera existir, el Hard Rock hiciera caer al gobierno de Esquerra por las diferencias entre socialistas, republicanos y comunes en esta cuestión, los mismos partidos se han alineado para revertir la situación: Cataluña pone fin a la reducción fiscal del 55% al 10% para los casinos. Se acaba la alfombra roja para el Hard Rock en Tarragona.
La líder de los comunes, Jéssica Albiach, que se negó a apoyar los Presupuestos del anterior gobierno por la inclusión del Hard Rock en los planes del Ejecutivo, celebró lo que hace menos de un año parecía imposible.
"Es justo reconocer el cambio de postura del PSC y ERC. Les felicitamos. La CUP y los Comunes siempre hemos mantenido la misma posición; ustedes no", afirmó desde la tribuna.
Los comunes impulsaron junto a ERC la modificación en el Parlament de la ley que dio luz verde al megacasino. Y presumen de lo conseguido.
"El Hard Rock situaba a Cataluña al nivel del gran casino asiático de Macao", comparó Albiach, que calificó de "indecencia fiscal" la rebaja prevista hace una década. "Bajar los impuestos del 55% al 10% es un insulto a los trabajadores de este país. Estamos debatiendo si Cataluña está en venta; si cualquier especulador puede venir y el Gobierno le pone una alfombra roja o se planta", remarcó.
Desde ERC, que en su día tuvo dificultades para incluir el proyecto en su agenda política de gobierno, Raquel Sans ha presentado la transformación "social y económica" vivida en la última década para justificar el cambio de postura del partido, y aprovechó para citar la defensa que el aspirante a presidente de ERC, Oriol Junqueras, hizo del proyecto cuando era vicepresidente del gobierno.
"Asumimos la responsabilidad en el gobierno (...). Junqueras dijo que si había que hacerlo, había que hacerlo bien". Las palabras de Sans, una de las impulsoras de Nova Esquerra Nacional, rival de Junqueras en el congreso político de Esquerra que se celebra este sábado, han removido a más de un republicano en el pleno.
Los grupos parlamentarios tienen ahora tres días, hasta el viernes 13 de diciembre, para presentar enmiendas al texto de comunes y republicanos; y el Parlament aprobará el documento definitivo la próxima semana.
Antecedentes
Hace diez años, la rebaja fiscal para favorecer la construcción de un megacasino en Tarragona fue presentada como un éxito negociador del entonces gobierno de Convergència, que logró pactar con el PSC la modificación de las leyes necesarias para facilitar el macroproyecto de salas de juego, hoteles y tiendas junto al parque Port Aventura.
Lo que inicialmente se conoció como BCNWorld era una idea de la promotora Veremonte, que exigió reducir los impuestos a los casinos del 55% al 10%. El proyecto fue mutando con el tiempo hasta que la multinacional Hard Rock asumió su construcción. Cambió el nombre y se redujeron las dimensiones del proyecto original, la inversión y los puestos de trabajo que iba a generar, pero la rebaja fiscal se mantuvo intacta, ya que siempre se consideró una condición clave para asegurar la viabilidad económica del megaresort.
El recelo social hacia el modelo de negocio de los juegos y los casinos ha convertido al Hard Rock en un foco constante de tensiones políticas, y ha terminado por convertirse en un lastre para el Gobierno de la Generalitat, independientemente de su color político. Esquerra pasó de defender el proyecto con Junqueras a manifestar reparos cuando Pere Aragonès asumió el mando del gobierno. Sus rodeos con el Hard Rock terminaron por abrirle la puerta de salida del Palau de la Generalitat.
Sin mayoría suficiente en el Parlament y abiertamente enfrentado a Junts per Catalunya, ERC necesitó el apoyo del PSC y los Comunes para aprobar los presupuestos de 2023.
El Hard Rock ya fue entonces un tema de discusión y Esquerra tuvo que hacer malabarismos para asegurar al PSC que no bloquearía el proyecto, y para mantener ante los Comunes que el megacasino no era una prioridad para el gobierno.
La misma estrategia no le sirvió a Esquerra para lograr, posteriormente, aprobar los presupuestos de 2024. Las exigencias de los Comunes para que el gobierno manifestara un claro rechazo al proyecto frustraron un acuerdo a tres bandas entre ERC, PSC y los propios comunes. Una discrepancia que hizo naufragar un pacto por las cuentas y forzó la convocatoria de elecciones anticipadas.
"Entonces tuvimos que sufrir una estrategia de desgaste incesante", denunció Jéssica Albiach desde la tribuna.
Salvador Illa ganó aquellas elecciones, pero sin la mayoría suficiente para asegurarse la presidencia por la vía directa. Una vez que obtuvo el apoyo de ERC, el PSC buscó el apoyo de los Comunes. Su líder, Jéssica Albiach, aseguró que investirían a Illa como presidente, pero que el Hard Rock nunca sería una realidad. Diez años después, el Parlament tumba el Hard Rock.