El presidente de la Autoridad Portuaria, Rafael Carmona, sigue desconcertado por el revés que ha sufrido el proyecto de construir un nuevo barrio en los terrenos del Puerto de Sevilla. El plan, que prometía ser una revolución urbanística de primer orden al incluir 82.000 metros cuadrados para usos residenciales, está ahora en el aire debido al desacuerdo en la corporación municipal.
¿Qué ha pasado y quién es responsable?
El desacuerdo en el pleno municipal ha llevado a dudar de si se construirán 226 viviendas protegidas y 474 de renta libre en esta zona, o si el plan residencial quedará excluido de la transformación. Esto se debe al voto en contra de Vox e IU-Podemos y la abstención del PSOE, que hace dos años, cuando gobernaba el consistorio, veía con buenos ojos esta iniciativa.
Carmona atribuye lo sucedido a "problemas políticos de demostración", es decir, la capacidad de ganar determinados pulsos políticos. Y se confiesa: "Lo que no puedo comprender es la, entre comillas, irresponsabilidad de los políticos que por una demostración de su posición política frenen o hagan que se eternicen determinados proyectos urbanísticos con los que están de acuerdo", expone en una entrevista con EL ESPAÑOL.
El proyecto Nuevo Distrito Urbano Portuario
El proyecto del Nuevo Distrito Urbano Portuario pretende "mejorar la ciudad haciendo ciudad", según Carmona. Esto significa, según explica, tener zonas residenciales, actividades económicas, equipamientos y, en definitiva, "dotar a todo este entorno de todos los servicios y de todas las actividades".
El plan contemplaba 98.000 metros cuadrados de edificabilidad, con 82.000 para usos residenciales y 16.000 para usos terciarios, que admiten diferentes posibilidades comerciales o de oficinas, por ejemplo.
La controversia sobre las viviendas
El punto de controversia es la parte de viviendas. Para levantar el distrito urbano portuario hay que modificar el Plan Especial del Puerto, algo que "se está tramitando" ante la Consejería de Fomento y va "perfectamente", en palabras de Carmona. Pero al mismo tiempo se hizo una "modificación puntual del plan de la mano del Ayuntamiento que se aprobó inicialmente y que ahora tenía que haberse aprobado provisionalmente" para incluir la zona residencial.
El futuro del proyecto
Carmona confía en que el proyecto salga adelante pronto, ya que no hay ningún rechazo a él. "Lo que ha habido es una posición política -que no tiene nada que ver con este proyecto- para poner de manifiesto la situación en la que se encuentra el Gobierno, tanto por parte del Partido Socialista como parte de Vox", reflexiona.
Si la solución llega pronto, estima que en 2025 podrá comenzar el desarrollo residencial. ¿Y si no hay acuerdo? "Bueno, el plan B es el original", responde.
"Nosotros habíamos presentado un plan especial que se ajusta al Plan General de Ordenación Urbana de Sevilla que contempla 140.000 metros cuadrados de techo de una cosa que se llama servicios avanzados, que es un terciario especializado en innovación. Pretendimos tramitar eso. Lo que pasa que el Ayuntamiento, los responsables, el gobierno de la ciudad, entendía que eran muchos metros de terciario en todo ese entorno y preferían hacer compatible el residencial con el resto", apunta.
"Fue la ciudad la que pidió viviendas", insiste. La petición era lógica. El terreno, junto a la Avenida de las Razas, se enclava en un lugar privilegiado y con vistas espectaculares. Pero ahora, apunta, es la ciudad de Sevilla la que debe mover ficha para aclarar si lo sigue queriendo.
La fecha límite
Carmona ha anunciado que esperarán hasta el verano para ver qué sucede. "Ese suelo lleva esperando muchísimos años. Ese suelo está vacante. El plan general se aprobó en el 2006. Han pasado 18 años sin que se haya visibilizado nada ahí. Demasiado tiempo", zanja.