La vulnerabilidad del mercado eléctrico: ¡Es el gas, estúpidos!
El mercado energético europeo es considerado un modelo a seguir en la lucha contra el cambio climático, con cerca del 60% de la generación eléctrica procedente de fuentes limpias. Sin embargo, esta conquista esconde una realidad poco agradable: la escalada de la factura de la luz recurrente en invierno.

El sistema eléctrico español, al igual que el europeo en general, es vulnerable a las fluctuaciones del precio del gas natural. Así lo confirma un estudio publicado en Nature Sustainability, que desmiente la creencia de que las energías limpias son las responsables de esta vulnerabilidad.

El papel del gas
El actual sistema de precios marginalista vigente en Europa establece que el precio de una ínfima parte de la demanda cubierta con gas determina el precio de toda la electricidad generada. Esto hace que el mercado eléctrico quede a merced de las oscilaciones del gas.
Un ejemplo paradójico es Francia, que a pesar de su apuesta por la energía nuclear, presenta un índice de vulnerabilidad superior a la media europea debido a su dependencia del gas en las horas punta. Algo similar ocurre en Portugal, España, Italia y Grecia, mercados con una alta penetración de renovables intermitentes que dependen del gas cuando la generación renovable cae.

Políticas para mitigar la vulnerabilidad
Las políticas para mitigar la vulnerabilidad deben ajustarse a la realidad de cada país. Medidas como el tope al precio del gas, aunque concebidas como un alivio, dejan expuestos a ciertos países que presentan sistemas eléctricos con características muy dispares.
Una reforma más profunda podría replantear el diseño del sistema marginalista, introduciendo mecanismos que permitan amortiguar los precios en momentos críticos sin distorsionar el orden natural de la oferta.
El rediseño del sistema eléctrico debe hacerse en la dirección de introducir mecanismos que permitan aliviar los precios en momentos críticos, aunque ello implique un leve aumento en periodos más estables, sin distorsionar el orden natural de la oferta.
Raúl Blanco, investigador del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra
Experiencias como la excepción ibérica, implementada por Portugal y España, han demostrado que es posible amortiguar las oscilaciones del mercado sin alterar sus fundamentos esenciales.