España lidera la propuesta de financiar la defensa europea con fondos de la UE
En un contexto global marcado por la incertidumbre y la creciente inestabilidad, especialmente tras la invasión rusa de Ucrania, España está impulsando una iniciativa audaz para fortalecer la seguridad europea. El Gobierno español está proponiendo que la defensa sea considerada un «Bien Público Europeo» y, como tal, financiada a través de fondos comunes de la Unión Europea. Esta propuesta, remitida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, busca una respuesta coordinada y eficaz ante los desafíos que amenazan la seguridad del continente.
La propuesta española se enmarca en la elaboración del Libro Blanco de la Defensa europea, un documento que sentará las bases para la futura política de seguridad de la UE. Este libro, impulsado por Von der Leyen, pretende ser aprobado en la cumbre de junio, marcando un hito en la integración de la defensa europea.
¿Por qué España considera la seguridad un «Bien Público Europeo»?
El argumento central de la propuesta española radica en la idea de que ningún Estado miembro puede garantizar su seguridad de forma aislada. Ante amenazas complejas y transfronterizas, como el terrorismo, la ciberdelincuencia y la agresión militar, es imprescindible una acción coordinada y solidaria a nivel europeo. Esta visión implica que la seguridad no es solo un interés nacional, sino un bien común que beneficia a todos los ciudadanos de la UE.
«La agresión de Rusia contra Ucrania es una amenaza existencial y está íntimamente ligada a la seguridad europea», subraya el Gobierno español, según (Miguel González, 2025). Este conflicto ha evidenciado la vulnerabilidad de Europa y la necesidad de reforzar su capacidad de defensa. El apoyo a Ucrania, en este sentido, no es solo un acto de solidaridad, sino una cuestión de supervivencia para la propia UE.

La financiación comunitaria como pilar de la defensa europea
La propuesta española no se limita a la declaración de principios. El Gobierno aboga por la «comunitarización» de la financiación de la defensa. Esto significa que una parte significativa del gasto militar europeo se sufragaría con cargo al Marco Financiero Plurianual de la UE, el presupuesto a largo plazo de la Unión. Esta opción, aunque enfrenta resistencias por parte de algunos Estados miembros, permitiría una distribución más equitativa de la carga y una mayor eficiencia en el gasto.
El Gobierno español, en su «non paper», destaca que «la prioridad debe ser que el próximo Marco Financiero Plurianual [de la UE] cuente con fondos suficientes para financiar la seguridad y otras prioridades dentro del futuro Fondo de Competitividad que planea la Comisión» ( Ediciones EL PAÍS S.L., 2025). Este enfoque permitiría movilizar recursos a gran escala y evitar la duplicación de esfuerzos.
Un enfoque integral de la seguridad
España defiende una visión amplia de la seguridad, que va más allá de la mera dimensión militar. El Gobierno aboga por una «aproximación 360º» que tenga en cuenta todas las amenazas y desafíos que enfrenta Europa. Esto incluye:
- La amenaza del neoimperialismo ruso en el Este.
- La inestabilidad en el vecindario sur de Europa.
- Los riesgos derivados del cambio climático.
- La ciberseguridad y la protección de infraestructuras críticas.
Según el Gobierno español, la defensa europea debe ser resiliente, capaz de adaptarse a un entorno en constante cambio y de responder a crisis de diversa índole. Esto requiere una inversión en capacidades militares, pero también en investigación, innovación y cooperación civil-militar.
Reforzar la industria de defensa europea
Un elemento clave de la propuesta española es el fortalecimiento de la base industrial de defensa europea. El Gobierno aboga por terminar con la fragmentación de las empresas y apostar por economías de escala. La creación de una industria europea de defensa más competitiva y eficiente, según Ediciones EL PAÍS S.L. (2025), debe realizarse «preservado que sea en beneficio de todos los estados miembros de la UE» y buscando un «equilibrio regional», de modo que no se produzca una concentración de la industria militar en los países más fuertes en detrimento de otros.
Para ello, España propone la «creación de plataformas conjuntas y fomento de la innovación en las que se inserten también las PYMEs». Este enfoque permitiría aprovechar el potencial de las pequeñas y medianas empresas y promover un desarrollo tecnológico más equilibrado.
La propuesta española representa un paso importante hacia una mayor integración de la defensa europea. Si bien enfrenta desafíos y resistencias, cuenta con el respaldo de un creciente número de Estados miembros que comparten la visión de una Europa más segura y autónoma en un mundo cada vez más complejo e impredecible. El Libro Blanco de la Defensa europea, cuya elaboración está en curso, será el marco en el que se definan las futuras acciones de la UE en este ámbito.