Estados del Norte de México Rechazan Demandas de Agua de EE.UU. en Medio de la Sequía
Gobernadores de Tamaulipas, Chihuahua y Coahuila están rechazando las presiones de Estados Unidos para entregar agua bajo el tratado de 1944, argumentando que el suministro para los habitantes del norte de México está en riesgo. Esta postura se da en un contexto de creciente preocupación por la escasez de agua y las obligaciones internacionales que enfrenta el país.

Preocupación por el Abasto Local
Manolo Jiménez, gobernador de Coahuila, está expresando su principal preocupación por asegurar que los mexicanos tengan acceso al agua, acusando extracciones extraordinarias en la presa La Amistad, ubicada al noroeste de Ciudad Acuña. «Esta operación de sacarle agua de más a la presa, de la que normalmente se extrae, está poniendo en riesgo el agua de los habitantes de Acuña y de Piedras Negras», afirma Jiménez, señalando que esta agua se dirige al río Bravo, fuente de abastecimiento para otros municipios.
Jiménez también está revelando que está gestionando una reunión con la titular de la Secretaría de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, para establecer una ruta de solución, priorizando el consumo humano. Paralelamente, Emilio de Hoyos, alcalde de Acuña, está solicitando la intervención de la presidenta Claudia Sheinbaum para suspender las extracciones extraordinarias y propone la creación de una mesa interinstitucional con expertos y representantes de la sociedad civil para tomar decisiones sostenibles (Equipo MILENIO, s.f.).

La Postura de Tamaulipas
En Tamaulipas, donde se encuentra la presa Falcón, el gobierno de Américo Villarreal está sosteniendo que este no es el momento para que Estados Unidos presione a México. Raúl Quiroga Álvarez, secretario de Recursos Hidráulicos de Tamaulipas, está declarando que “no es momento de que se nos presione de esa manera, porque estamos por entrar a la temporada de huracanes, y lo que dice el Tratado es que si se llegan a llenar las presas con un fenómeno hidrometeorológico se cierra el ciclo, se acaba la deuda y comenzamos otro”.
Quiroga Álvarez está insistiendo en que, según el decreto quinquenal que vence en octubre, no se debe agua a Estados Unidos. «Nosotros, al igual que los texanos, vivimos de los escurrimientos de estos ríos que se almacenan en dos presas internacionales, La Amistad y Falcón, que ahorita tienen muy poca agua para lo que necesitamos los tamaulipecos», explica Quiroga Álvarez (Equipo MILENIO, s.f.).
Chihuahua se Une al Rechazo
María Eugenia Campos, gobernadora de Chihuahua, está adelantando que su administración no va a entregar agua a Estados Unidos, describiéndolo como algo imposible. «Nadie está obligado a lo imposible. Chihuahua es el único estado con extrema sequía del país. No podemos otorgarle agua a Estados Unidos cuando no tenemos agua», afirma Campos, durante una rueda de prensa. Su prioridad, dice, es garantizar el acceso al agua para la población y el sector agrícola local, que enfrentan condiciones críticas (Equipo MILENIO, s.f.).
El Tratado de Aguas de 1944 en el Centro del Conflicto
El Tratado de Aguas de 1944, firmado entre México y Estados Unidos, está estableciendo cómo ambas naciones deben compartir las aguas de los ríos Bravo y Colorado. En el caso del río Bravo, México debe enviar a territorio estadounidense dos mil 158 millones de metros cúbicos de agua cada cinco años. Sin embargo, la sequía ha reducido la capacidad de las presas La Amistad y Falcón a menos del 14 por ciento, dificultando el cumplimiento de esta obligación.
En el quinquenio actual, que concluye el 24 de octubre, México solo ha podido trasvasar 602.7 millones de metros cúbicos, quedando un déficit significativo. La situación se tensó aún más cuando el expresidente Donald Trump amenazó a México con sanciones por incumplir con la entrega de agua a Texas, acusando al país de «robar agua» a los agricultores (Equipo MILENIO, s.f.).
La presidenta Claudia Sheinbaum respondió que su administración envió una propuesta integral a las autoridades estadounidenses para abordar las obligaciones hídricas. Al cierre del 14 de abril, la presa La Amistad se encontraba al 13.6 por ciento de su capacidad, y la Falcón al 8.3 por ciento, según el Sistema Nacional de Información del Agua (Equipo MILENIO, s.f.).
Implicaciones y Posibles Soluciones
La negativa de los gobernadores del norte de México está escalando la tensión entre México y Estados Unidos en torno al cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944. Mientras los gobernadores están priorizando el abasto de agua para sus ciudadanos, el gobierno federal está buscando alternativas para evitar sanciones y cumplir con sus compromisos internacionales.
El establecimiento de una mesa interinstitucional, como propone el alcalde de Acuña, podría ser un paso crucial para encontrar soluciones equitativas y sostenibles que consideren las necesidades de ambas naciones y las realidades del cambio climático y la sequía persistente. El futuro del agua en la región fronteriza depende de la capacidad de ambos países para dialogar y cooperar en la gestión de este recurso vital.