Las extorsiones no cesan en Michoacán: cárteles se aprovechan de la guerra interna y cobran hasta 2 pesos por kilo de limón
Los productores agrícolas del estado de Michoacán viven bajo el yugo de las extorsiones de los cárteles del narcotráfico, que han aprovechado la guerra interna entre grupos criminales para aumentar sus cobros. El cártel Jalisco Nueva Generación, Los Viagras y Los Blancos de Troya han tomado el control de diferentes municipios y regiones productoras, imponiendo cuotas que van desde centavos a pesos por kilo.
El asesinato de un empresario limonero enciende las alarmas
El asesinato de José Luis Aguiñaga Escalera, conocido como “don Tito”, ha generado conmoción en el sector. El empresario limonero fue asesinado a balazos en su rancho, presuntamente por negarse a pagar una millonaria extorsión exigida por el cártel Los Viagras. Este hecho ha llevado a los productores limoneros de Buenavista y Apatzingán a realizar un paro de labores, aunque las presiones de las autoridades y los grupos criminales los han obligado a regresar al campo.
Las extorsiones, un fenómeno que se agudiza
El acecho de las extorsiones en el campo michoacano no es nuevo, pero ha ido evolucionando con el tiempo. En 2010, las primeras extorsiones eran de cuatro centavos por kilo, luego pasaron a los grupos de autodefensas, y finalmente a las facciones de los cárteles. En el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, las extorsiones volvieron a aumentar, alcanzando los dos pesos por kilo de limón en 2023.
Denuncias anónimas y miedo a represalias
Ante el miedo a represalias, los agricultores han optado por realizar denuncias anónimas en redes sociales. En videos difundidos en plataformas digitales, denuncian la ordeña sistemática y las extorsiones que sufren a manos de células criminales como la de Miguel Ángel Gallegos Godoy, alias “Migueladas”. Las cuotas más severas se imponen al limón, con cobros de hasta cuatro pesos por kilo al productor y al empacador.
El aguacate, también en la mira de los cárteles
Los productores de aguacate del norte de Michoacán también sufren las extorsiones de los cárteles. Un productor, que pidió no ser identificado, expresó su hartazgo e impotencia ante el llamado “derecho de piso” que deben pagar para seguir operando. La guerra entre grupos criminales ha llevado a que también se metan con el aguacate, exigiendo pagos a los productores que no tienen más remedio que ceder.
Retiro de inspectores estadounidenses y aumento de la inseguridad
El aumento de la inseguridad en Michoacán ha llevado al gobierno de Estados Unidos a retirar a sus inspectores de las huertas de aguacate. A partir de ahora, los connacionales en tierras mexicanas solo realizarán trabajo documental, mientras que las tareas de vigilancia se han trasladado a las autoridades mexicanas. Este cambio operativo atiende al clima de violencia y extorsiones que impera en la zona.
El impacto económico de las extorsiones
El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) ha cifrado hasta en 2.000 millones de pesos el cobro anual de extorsiones para los limoneros en Buenavista y Apatzingán. Este fenómeno crece por la falta de Estado de derecho, lo que incentiva el crimen y el miedo a denunciar. El subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath, ha declarado que la extorsión no solo es un factor importante en la inflación, sino que también impacta en el crecimiento del país.
Las víctimas barajan sus opciones
Entre el enojo y la indefensión, las víctimas barajan sus escasas opciones: seguir pagando las extorsiones, trasladar sus operaciones a otra ciudad o cerrar sus negocios. La violencia e inseguridad que comenzó en los sembradíos de aguacate y limón se ha extendido a toda la cadena agrícola de Michoacán y de otros estados, como Veracruz, Sinaloa, Estado de México y Tamaulipas.
El cobro de cuotas por parte de bandas delictivas se ha convertido en un impuesto más para los productores y empresarios, quienes se encuentran desprotegidos ante la omisión del gobierno y la impunidad que impera en la región.