El gigante harinero mexicano enfrenta un revés antimonopolio
El regulador antimonopolio mexicano, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), ha puesto en la mira a Gruma, el principal productor de harina de maíz para tortillas en el país, tras detectar una ventaja "significativa" e "irreversible" en el mercado.
Las investigaciones de la Cofece revelan que Gruma, conocida por su marca Maseca, controla entre el 50% y el 90% de las ventas en varias regiones de México, lo que le permite fijar precios hasta un 10% más altos que sus competidores.
Para romper esta dominancia, la Cofece propone que Gruma venda cinco de sus 18 plantas en el país, lo que representaría el 30% de su capacidad operativa.
¿Por qué la Cofece investiga a Gruma?
Las investigaciones de la Cofece se iniciaron en noviembre de 2022, tras identificar un aumento constante en los precios de la harina, a pesar de que el precio del maíz, su principal materia prima, se mantenía estable.
Además, la Cofece descubrió que Gruma ha implementado estrategias para dificultar a los tortilleros el cambio de proveedor, como ofrecer maquinaria en arrendamiento y líneas de crédito.
¿Qué medidas propone la Cofece?
Para solucionar el problema de competencia, la Cofece sugiere que Gruma venda cinco de sus plantas, ubicadas en Tamaulipas, Veracruz, Sinaloa, Guanajuato y Estado de México.
De acuerdo con los cálculos del regulador, esta medida podría generar ahorros de hasta 1.300 millones de pesos anuales para los consumidores mexicanos.
¿Cómo ha reaccionado Gruma?
Gruma ha anunciado que colaborará con la Cofece y presentará sus alegatos. Sin embargo, la noticia ha provocado una caída del 7,6% en el precio de sus acciones.
El dictamen final de la Cofece se espera para 2025. Si se ordena la desinversión, Gruma podría enfrentar una multa de hasta el 10% de sus ingresos.
Implicaciones para el mercado de la tortilla
La investigación de la Cofece podría tener un impacto significativo en el mercado de la tortilla en México, donde la tortilla es un alimento básico.
Si se desmantela el dominio de Gruma, se espera que aumenten la competencia y se reduzcan los precios de la harina, lo que podría beneficiar a los consumidores y a los tortilleros independientes.