El sueño de los aviones comerciales rusos no despega

La industria de la aviación comercial rusa se encuentra en un momento crítico, con una serie de problemas que amenazan su futuro. Las sanciones impuestas a Rusia por la invasión de Ucrania han provocado una grave escasez de piezas de repuesto, lo que ha obligado a las aerolíneas a retirar aviones de sus flotas.

Aterrizajes de emergencia y destituciones

Recientemente, una serie de aterrizajes de emergencia protagonizados por el avión ruso-francés Superjet 100 han puesto de manifiesto los problemas a los que se enfrenta la aviación comercial rusa. El Kremlin ha respondido destituyendo a varios altos cargos de su corporación aeronáutica debido a los retrasos en el lanzamiento de su avión cien por cien nacional.

Problemas con el Superjet 100

El Superjet 100 ha sido especialmente problemático, con un elevado número de averías en vuelo registradas en los últimos meses. El diario ruso Nóvaya Gazeta Europa ha contabilizado 208 averías en vuelo entre enero y noviembre de 2023, y una cuarta parte de ellas en los Superjet, a pesar de que este aparato representa menos del 10% de la flota de aviones rusa.

Retrasos en los nuevos aviones

Además de los problemas con el Superjet 100, Rusia también está experimentando retrasos en el lanzamiento de sus nuevos aviones. El avión de medio alcance MC-21, cuya producción estaba prevista para 2024, ahora se espera que entre en producción en 2025. El nuevo rediseño del Superjet, que iba a ser lanzado en 2023, se ha retrasado hasta 2026.

Falta de piezas de repuesto

La principal causa de los problemas de la aviación comercial rusa es la escasez de piezas de repuesto. Las sanciones impuestas a Rusia por la invasión de Ucrania han hecho imposible que las aerolíneas rusas obtengan repuestos para sus aviones fabricados en el extranjero. Esto ha provocado que las aerolíneas tengan que retirar aviones de sus flotas y ha llevado a un aumento de los precios de los billetes.

Perspectivas de futuro

El futuro de la aviación comercial rusa es incierto. Las sanciones impuestas a Rusia continuarán dificultando la obtención de piezas de repuesto y el lanzamiento de nuevos aviones. Esto podría provocar un declive en la industria de la aviación comercial rusa y hacer que sea más difícil para los rusos viajar por su propio país y al extranjero.