La demanda interna, motor del ciclo económico en España

En un contexto de incertidumbres internacionales, la economía española se mantiene sólida, impulsada principalmente por la demanda interna. El Producto Interior Bruto (PIB) creció un robusto 0,8% a finales del año pasado, en contraste con el estancamiento europeo.

Exportaciones a la baja, consumo al alza

El motor externo del crecimiento se está debilitando debido a la atonía de los mercados europeos y las tensiones comerciales globales. Las exportaciones de bienes y servicios no turísticos han disminuido, aunque el turismo sigue siendo resistente.

Por otro lado, el consumo interno ha tomado el relevo gracias al gasto vigoroso de las familias y el repunte de la inversión. El consumo privado representa el 77% del crecimiento del PIB en el segundo semestre de 2024.

La inversión, clave para el futuro

La inversión está recuperándose, especialmente en bienes de equipo. Sin embargo, aún es pronto para determinar si esta mejora es estructural o transitoria. La relajación de la política monetaria y la disponibilidad de fondos europeos están impulsando la inversión, pero la incertidumbre y la falta de reformas en el mercado de la vivienda limitan su crecimiento.

Perspectivas a futuro

Se espera que el sector exterior continúe restando actividad, pero la demanda interna mantendrá su inercia expansiva.

El consumo privado seguirá siendo sólido, apoyado por la creación de empleo y la recuperación del poder adquisitivo. La inversión será clave, y los estímulos proporcionados por la política monetaria y los fondos europeos podrían impulsar su crecimiento.

Sin embargo, la incertidumbre provocada por las tensiones comerciales y la falta de consenso en reformas internas limitan la sostenibilidad del ciclo expansivo.