La transición energética en España: retos y desafíos

Expertos y representantes de diversos sectores se reunieron en Sevilla para discutir los retos y desafíos que enfrenta España en su transición hacia un modelo energético más sostenible. La jornada, organizada por Redalia y beBartlet, contó con la participación de representantes de la política, la empresa y la sociedad civil.

Necesidad e importancia

La transición energética no solo es necesaria para cumplir con los compromisos de reducción de emisiones, sino que también representa una oportunidad para abordar la vulnerabilidad energética de España. En 2022, el déficit energético español ascendió a unos 57 mil millones de euros, el 4,7% del PIB. Aunque este porcentaje se ha reducido al 2,8% en los últimos años, sigue siendo significativo.

Incentivos y burocracia, barreras a superar

Los expertos identificaron varios obstáculos para una transición energética más rápida. Uno de los principales problemas son los incentivos inadecuados, tanto para el consumo como para la inversión en infraestructuras. Además, la burocracia limitante también ralentiza los procesos.

Para superar estos obstáculos, se propusieron varias medidas. Entre ellas, la implementación de la declaración responsable, la priorización de las deducciones fiscales y la creación de sistemas de ayuda para los consumidores electrointensivos.

Pedagogía y comprensión social

Otro reto importante es la falta de comprensión pública sobre la necesidad y la urgencia de la transición energética. A través de la pedagogía, se puede transmitir información científica sólida y resaltar los beneficios a largo plazo de adoptar fuentes de energía renovables y prácticas sostenibles.

Sin embargo, también es necesario abordar las reticencias legítimas de algunas comunidades afectadas por los proyectos de energía renovable. Se deben establecer mecanismos para compensar los costes y las molestias que puedan ocasionar estos proyectos.

Aprovechando una oportunidad histórica

España tiene una oportunidad histórica de sustituir las fuentes de energía contaminantes y reducir su dependencia de terceros. Para ello, es fundamental agilizar la transformación energética, crear los incentivos adecuados y remunerar a quienes asumen los costes del cambio.