Las latinas siguen enfrentándose a barreras en el ascenso en las empresas
Para llegar a la cima de una empresa, la llamada C-Suite en la que se mueven el consejero delegado, el responsable financiero y otros cargos ejecutivos, hay un camino que metafóricamente se representa como una escalera. El primer peldaño sería el que se sube cuando se entra en una corporación y el último terminaría en la posición ejecutiva. Esa escalera no es igual de empinada para todos los trabajadores en función de su origen o su color de piel. Para las mujeres latinas, en concreto, tiene varios peldaños rotos: solo hay un 1% llegan a la C-Suite.
Según un informe de la organización Lean In, que promueve la equidad femenina en materia de liderazgo, las latinas apenas representan el 5% de las trabajadoras en el nivel de entrada, el más bajo del escalafón. De ahí al camino hacia la C-Suite, la representación de los hombres blancos, por ejemplo, aumenta en un 64% mientras que la de las latinas se desploma un 78%.
Las barreras en el ascenso
Las razones de esta disparidad son variadas, pero ninguna se debe a la falta de mujeres preparadas con intención de escalar en puestos empresariales. Vanessa Santos, socia y consejera delegada de la organización de apoyo a profesionales y empresarias latinas We All Grow Latina, anticipa que las latinas van a ser una de las mayores comunidades de entrada y salida de las universidades.
"Lo que sí que falta es formación en la empresa para pasar de niveles de gestión a los de dirección, que es lo que termina abriendo la puerta al grado ejecutivo", dice Santos.
Las latinas también se enfrentan a estereotipos sobre su menor preparación o su profundo compromiso familiar, que se presuponen como razones para un menor interés o implicación en sus carreras o trabajos. "No es que no tengan presencia o no quieran solicitar promociones. He oído decir a los ejecutivos que las latinas no solicitan ascensos. Eso es una estupidez, pero también creo que los sistemas de aplicación tienen sesgos, piensa en quiénes los diseñan", comenta Santos.
Pese a tener ambición, las latinas reciben menos ánimos y reconocimiento en su carrera y tienen menos posibilidades de tener colegas en posiciones seniors que aboguen por ellas, cuando este apoyo resulta crucial para el avance, detalla el informe.
La importancia de los mentores
Una de las soluciones para eliminar estas barreras es contar con mentores que ayuden a las latinas en sus carreras. Normalmente, los líderes se apoyan en colegas con los que comparten identidad, lo que se conoce como el sesgo de afinidad. Como no hay casi latinas en los peldaños más altos, la posibilidad de encontrar un sponsor o mentor se reduce.
Santos explica que ella ha abierto la puerta a otras mujeres, pero reconoce que esto no es un problema que se solucione caso a caso sino de forma conjunta, por eso es optimista respecto al empuje de las generaciones más jóvenes: "Es lo que va a atraer a más voces a una mesa que suele estar reservada para hombres blancos".
El informe de Lean In también revela que la comunidad latina, además, no sufre de igual forma la desigualdad. Las personas de piel más oscura tienen que enfrentarse a más dificultades y prejuicios. Las carreras de las latinas se ven favorecidas en función de un sesgo que promociona a las personas que tienen la piel más blanca, el pelo más liso y las facciones más "europeas".