Los olivareros andaluces se oponen a la candidatura del Paisaje del Olivar a Patrimonio Mundial de la Unesco

La candidatura del Paisaje del Olivar a Patrimonio Mundial de la Unesco ha encontrado un obstáculo inesperado en la oposición de los agricultores de Jaén y Córdoba. Estos agricultores temen que la catalogación como patrimonio mundial limite su capacidad productiva y su derecho a la propiedad de sus olivos.

La candidatura, una vieja aspiración

La candidatura del Paisaje del Olivar es una vieja aspiración de las autoridades andaluzas, que ven en ella una oportunidad para universalizar un paisaje único y una cultura milenaria. El expediente remitido a la Unesco propone la protección de 13.489 hectáreas de olivar de la comunidad, distribuidas en 14 zonas de paisaje cultural.

Los argumentos de los agricultores

Los agricultores que se oponen a la candidatura argumentan que las normativas de la Política Agraria Común (PAC) y las normativas sectoriales ya protegen suficientemente el olivar andaluz. Temen que la catalogación como patrimonio mundial imponga nuevas limitaciones a su actividad, como la prohibición de utilizar determinados productos químicos o la obligación de mantener unas prácticas agrícolas tradicionales que puedan reducir su productividad.

La respuesta de las instituciones

Las instituciones promotoras de la candidatura han reaccionado con malestar a la oposición de los agricultores. Argumentan que la catalogación como patrimonio mundial no supondrá ninguna carga adicional para los agricultores y que, por el contrario, aportará beneficios al sector, como la promoción turística y la mejora de la imagen del olivar andaluz.

El futuro de la candidatura

El futuro de la candidatura del Paisaje del Olivar a Patrimonio Mundial de la Unesco es incierto. La comisión institucional encargada de llevar a cabo la campaña informativa tiene de plazo hasta finales de junio para convencer a los agricultores reacios. Si no lo consigue, la candidatura será retirada.

Mientras tanto, los olivareros andaluces esperan expectantes el desenlace de una pugna que, sorprendentemente, se desarrolla entre el olivar y sus olivareros altivos.