Luis Pineda reclama una indemnización por su excarcelación y posterior absolución

Luis Pineda, presidente de la entidad Ausbanc, solicitará una indemnización por haber sufrido tres años de prisión provisional y haber acabado absuelto por el Tribunal Supremo de los delitos de extorsión y estafa, por los que sí fue condenado por la Audiencia Nacional.

Pineda, licenciado en Derecho, ya prepara junto a un equipo multidisciplinar (jurídico, contable y reputacional) una reclamación patrimonial al Estado, en la que pedirá ser resarcido económicamente.

Antecedentes del Caso

En julio de 2021, la Audiencia Nacional le impuso cinco años de prisión como autor de un delito continuado de extorsión y otros tres años más, por estafa. Según dicho tribunal, extorsionó a bancos y grandes empresas para recibir dinero a cambio de evitarles acciones judiciales o campañas de descrédito en su contra.

A la vez, y por el mismo motivo, también fue condenado el líder de la organización Manos Limpias, Miguel Bernad, que es autor de la reciente denuncia que ha provocado la apertura de una investigación judicial sobre los negocios de la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez.

Pineda estuvo en prisión provisional desde 2016 hasta 2019. Para ser liberado, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional le impuso una fianza de medio millón de euros, que luego rebajaría a 200.000 euros. En 2021 se celebró el juicio, que acabó con Pineda y Bernad condenados.

Sentencia del Tribunal Supremo

Pero ambos recurrieron ante el Supremo y, tres años después de aquel fallo, el pasado 11 de marzo, el Alto Tribunal les exoneró. En la sentencia absolutoria, de 149 folios, la Sala Penal del Alto Tribunal relataba que, en efecto, Pineda, como director de Ausbanc, presentó demandas y querellas a través de dicha entidad. En ocasiones, de acuerdo con Bernad.

Y, además, negoció con algunos de los demandados o querellados, que solían ser bancos, acuerdos para retirar las acusaciones, que solían incluir el compromiso de Pineda de no iniciar nuevos procedimientos judiciales en su contra y fomentar una imagen positiva de las compañías.

Sin embargo, las acusaciones sí proseguían contra las compañías que rechazaban estos acuerdos, las cuales, "aunque sobre la base de informaciones veraces", eran señaladas en las ya extintas revistas de Ausbanc.

Ahora bien, el Tribunal Supremo concluyó que esta forma de negociación, por censurable que pudiese parecer desde un punto de vista ético, no lo es bajo la óptica penal.

No son hechos de una entidad suficiente para ser calificados como extorsión. Las acciones judiciales que Ausbanc impulsaba estaban amparadas por la ley. En ocasiones, de hecho, ganó las demandas que presentó. También es lícito que la entidad que presidía Pineda ejerciese su derecho a la libertad de información y publicase noticias al respecto.

Reacciones de Pineda

En declaraciones a EL ESPAÑOL-Invertia, Pineda lamenta la "acusación falsa" que ha debido enfrentar durante ocho años.

"Pero no sólo eso. El daño también lo ha sufrido la proyección internacional de España, la marca España, en definitiva. Ausbanc ejercía una actividad fiscalizadora que afectaba positivamente a la imagen de los servicios que ofrece el país y que, entre otras cosas, benefician al turismo, la principal industria nacional", relata.

"La asociación llevaba a cabo un control ciudadano en paralelo al que desempeñan los poderes del Estado, contribuía a generar confianza no sólo en los consumidores españoles, sino también en los extranjeros. Esa labor fue reventada de un plumazo por la acción, precisamente, de las cloacas de esos poderes del Estado, que fueron contra sus propios intereses. Estamos trabajando para evaluar este perjuicio tanto a nivel económico como personal, porque no es de recibo que el Estado cause un estropicio de tal calibre y no responda por ello. No sería buen ejemplo ni para la ciudadanía española ni para la del resto del mundo que este destrozo quedara impune", concluye.