La decisión de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) sobre el título de la serie de Bob Pop, Maricón perdido, ha generado un debate sobre los límites de la ofensa para una marca.

El caso de Maricón perdido

La EUIPO ha rechazado el registro de Maricón perdido como marca para productos audiovisuales porque considera que el término es inmoral. Esta decisión ha generado controversia porque una filial de Warner ha distribuido internacionalmente la serie, que relata episodios de acoso y homofobia vividos por el escritor y activista Bob Pop.

Umbrales morales para las marcas

El debate legal subyacente en este caso es cómo valorar si una marca cumple con ciertos requisitos morales. La ley prohíbe el registro de marcas con expresiones obscenas o contrarias a las buenas costumbres, pero el concepto de moralidad es difuso y cambiante.

Antecedentes conflictivos

La Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) ha adoptado posturas contradictorias en casos similares. En 2014, aceptó el registro de Maricones del Espacio para una publicación editorial. Sin embargo, en 2022, denegó el uso de maricón como marca de vinos debido a su potencial para ofender a un público más amplio.

Discrepancias entre Europa y Estados Unidos

La postura de la EUIPO contrasta con la de Estados Unidos. En 2008, la justicia estadounidense aceptó el uso comercial de Dykes on bike, un término peyorativo para referirse a mujeres lesbianas, bajo el argumento de que el registro de marcas podía ayudar a las minorías a rehabilitar palabras utilizadas para insultarlas.

Factores de decisión

Las decisiones sobre si una marca cumple con los umbrales morales dependen en gran medida del grado de sensibilidad en la interpretación de la moralidad por parte del examinador. La abogada Christine Weimann considera que la postura de la EUIPO en el caso de Maricón perdido ha sido demasiado conservadora.

Implicaciones para la libertad de expresión

El debate también plantea cuestiones sobre los límites de la libertad de expresión para las marcas. Los juristas de la EUIPO sostienen que esta libertad no puede amparar marcas ofensivas. Sin embargo, algunos expertos argumentan que el rechazo de marcas por motivos de ofensa puede aplicar un criterio excesivamente rígido.

Conclusión

El caso de Maricón perdido pone de relieve la complejidad y las tensiones inherentes a la valoración de la moralidad en el contexto de las marcas. A medida que las normas sociales y las sensibilidades cambian, es probable que este debate siga evolucionando y planteando nuevos retos para las oficinas de patentes y marcas.