México se prepara ante posible recesión por aranceles de Trump en 2025

La economía mexicana se encuentra en un estado de alerta ante la inminente imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, una medida que podría desencadenar una recesión pronunciada en 2025. El Gobierno de México está reevaluando sus proyecciones de crecimiento económico y alistándose para mitigar los posibles efectos negativos.

El panorama económico actual

Según el artículo de Karina Suárez (2024) en El País, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha revisado a la baja su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2025, estableciéndolo en un rango de 1.5% a 2.3%. Este ajuste refleja la creciente preocupación por las tensiones comerciales con Estados Unidos, principal socio comercial de México. La incertidumbre en torno a la política comercial estadounidense está afectando las expectativas de inversión y consumo, lo que a su vez impacta el dinamismo económico del país.

La situación se agrava ante el anuncio de Donald Trump sobre una nueva ola de aranceles «recíprocos» que podrían afectar gravemente a sectores clave de la economía mexicana. Industrias como la automotriz, la del acero, la metalmecánica y la de fabricación de productos electrónicos podrían ser las más afectadas, poniendo en riesgo exportaciones por valor de 505,000 millones de dólares.

Posibles escenarios y estrategias

Ante este panorama, México está explorando diversas estrategias para minimizar el impacto de los aranceles. Una de ellas es fortalecer la integración comercial con Estados Unidos y Canadá a través del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC). Sin embargo, según un análisis de Banco Base citado por Suárez (2024), solo el 49% de las exportaciones mexicanas están protegidas por el TMEC, mientras que el resto está sujeto a un arancel del 25%.

Víctor Gómez, economista en jefe de Casa de Bolsa Finamex, sugiere que las empresas mexicanas podrían cambiar su esquema de exportación para acogerse a las reglas del TMEC y así evitar los nuevos impuestos. No obstante, esto implicaría cumplir con los estándares de reglas de origen del acuerdo, lo cual podría representar un desafío para algunas empresas.

Medidas de mitigación y diálogo continuo

El Gobierno de México, encabezado por la Presidenta Claudia Sheinbaum, está priorizando el diálogo y la negociación con Estados Unidos para buscar un trato preferencial que evite la imposición de aranceles. Sheinbaum ha destacado la importancia de la colaboración en temas como el combate al narcotráfico y la migración ilegal, así como la elevada integración económica entre ambos países.

A pesar de los esfuerzos de diálogo, Estados Unidos ha mantenido una postura proteccionista, imponiendo aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio provenientes de México desde el 12 de marzo. Esta medida ha afectado a las siderúrgicas mexicanas, que han solicitado al Gobierno la imposición de aranceles en respuesta sobre el acero estadounidense.

Implicaciones sectoriales y perspectivas

El sector automotriz, que representa una tercera parte de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos, también se encuentra en la mira de los aranceles estadounidenses. La Casa Blanca ha anunciado un arancel del 25% sobre todos los autos no fabricados en su territorio, aunque ha ofrecido un descuento para los socios del TMEC en función del contenido estadounidense en los automóviles.

Gabriela Siller, directora de Análisis de Banco Base, señala que las exportaciones del sector automotriz cumplen en gran medida con el TMEC, lo que podría mitigar el impacto de los aranceles. Además, gravar las importaciones automotrices mexicanas podría perjudicar a las propias armadoras estadounidenses con sede en México.

En conclusión, México enfrenta un escenario económico desafiante ante la amenaza de aranceles por parte de Estados Unidos. El Gobierno está implementando una estrategia de diálogo, negociación y fortalecimiento de la integración comercial para minimizar el impacto de las medidas proteccionistas. Sin embargo, la incertidumbre persiste y la posibilidad de una recesión en 2025 sigue latente.