La segunda fase del “nearshoring” en México enfrenta retos por el proteccionismo de EU
El fenómeno del “nearshoring”, es decir, la relocalización de empresas cerca de Estados Unidos, ha tenido un éxito modesto en México, impulsando la inversión extranjera directa y elevando el crecimiento económico.
Retos de la segunda fase
Sin embargo, México enfrenta desafíos en la segunda fase de este fenómeno debido al creciente proteccionismo de Estados Unidos, que se mantiene independientemente del resultado de las elecciones presidenciales de noviembre de 2023.
Estados Unidos teme que México pueda servir como una “puerta trasera” para que las empresas chinas eludan las restricciones arancelarias y tecnológicas impuestas por EU. Esta incertidumbre, compartida por demócratas y republicanos, podría descarrilar las negociaciones para renegociar el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC).
Además, el candidato presidencial Donald Trump ha amenazado con implementar un impuesto arancelario de hasta el 300% a las importaciones de automóviles de México.
Las disputas sobre el contenido chino incorporado en las exportaciones mexicanas a EU también podrían provocar rondas de aranceles de represalia.
Otras dificultades
El “nearshoring” en México también enfrenta desafíos internos, como brechas en la infraestructura energética y de transporte, así como problemas de seguridad pública.
Para que las empresas se reubiquen o expandan en México, es crucial abordar estos cuellos de botella, pero las mejoras en estas áreas no serán suficientes por sí solas.
Los fabricantes mexicanos necesitan consolidar su presencia en etapas más sofisticadas de las cadenas de valor globales, fortaleciendo el ecosistema existente de manufactura e investigación de alta tecnología, ya que gran parte de esta cadena de valor sigue anclada en Asia.
En este sentido, los recientes esfuerzos de Estados Unidos para impulsar la producción de semiconductores en México y América Latina presentan una oportunidad.
“Con los recientes esfuerzos de Estados Unidos para impulsar la producción de semiconductores en México y América Latina, existe una oportunidad para hacerlo mientras se generan sinergias con la industria automotriz globalmente competitiva de México”, destaca Moody's.