El puerto de Tampico se encuentra en el centro de la atención pública debido a una considerable importación de aceite y aditivos durante los meses de febrero y marzo. Según informes de la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona) de Tampico, más de 106 mil toneladas de estos productos ingresaron al país a través de esta terminal. Sin embargo, lo que ha generado suspicacias es el hecho de que, a pesar del volumen significativo, solo un buque fue decomisado por las autoridades federales.

El flujo de embarcaciones y la excepción del decomiso

Los registros de la Asipona detallan que tres barcos realizaron cuatro operaciones de descarga en el muelle 7, una terminal pública a pocos metros de las oficinas de la Asipona y el edificio de la Ex Aduana. Todas las gestiones estuvieron a cargo de la firma Altamarítima, que incluso utilizó la misma embarcación en dos ocasiones para transportar el cargamento. Este movimiento constante de buques está generando preguntas sobre la transparencia y los controles aduaneros en el puerto.

El único buque decomisado hasta el momento es el Challenge Procyon, que permanece inmovilizado en el muelle desde el 19 de marzo, tras un operativo anunciado por el Gabinete de Seguridad. Este buque transportaba 17 mil 459 toneladas de aceite y aditivos.

Cronología de los arribos

Para entender la magnitud del movimiento, es crucial analizar la cronología de los arribos:

  • 21 de febrero: Arribo del buque petrolero Torm Louise, con bandera de Dinamarca, procedente de Houston, con 29 mil 325 toneladas de carga.
  • 2 de marzo: El Torm Louise repite la operación, regresando a Tampico con una carga similar.
  • 27 de febrero: Llegada del PS Imabari, con bandera de las Islas Marshall, con capacidad para 30 mil 560 toneladas, zarpando hacia Estados Unidos el 1 de marzo.

La suma de estas operaciones, incluyendo la carga del Challenge Procyon, totaliza 106 mil 669 toneladas de petrolíferos recepcionados en el puerto de Tampico en un corto período. Esta situación está generando un intenso tráfico de pipas en la zona, afectando la vialidad y la vida cotidiana de los habitantes.

Altamarítima: el facilitador clave

Altamarítima, descrita por Milenio como una de las principales agencias consignatarias de buques en México y proveedor de servicios portuarios y de transporte marítimo con más de 40 años de experiencia (Durán, 2024), está en el ojo del huracán. La empresa, con oficinas centrales en la Ciudad de México y presencia en importantes puertos del país, se encargó de documentar todo el movimiento de los buques. Su rol protagónico levanta interrogantes sobre su posible influencia en la excepción del decomiso de la mayoría de los cargamentos.

El impacto en la infraestructura y el tráfico

El flujo constante de pipas transportando el aceite y los aditivos está generando congestión vehicular en la Calzada Blanca y la calle Héroe de Nacozari, principales vías de acceso y salida de la Aduana y la terminal portuaria. Las filas de vehículos se extienden por más de 6 kilómetros hasta la carretera Tampico-Valles, complicando la movilidad en la zona y generando molestias a los ciudadanos.

¿Qué está pasando realmente en Tampico?

La disparidad entre la cantidad masiva de aceite importado y el decomiso de un solo buque plantea serias interrogantes. ¿Existen irregularidades en los procesos de importación? ¿Se están cumpliendo las normativas de seguridad y calidad? ¿Por qué se decomisó el Challenge Procyon y no los otros buques? Estas son algunas de las preguntas que exigen respuestas claras y transparentes por parte de las autoridades competentes.

Según Grupo Milenio (2024), la falta de información oficial y la opacidad en torno a estas operaciones portuarias están alimentando la especulación y la desconfianza entre la población. Es fundamental que se lleve a cabo una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y garantizar que se están protegiendo los intereses del país y la seguridad de los ciudadanos.

Posibles escenarios y consecuencias

Ante la falta de transparencia, varios escenarios son posibles:

  1. Contrabando o evasión fiscal: El aceite y los aditivos podrían estar ingresando al país de manera irregular, evadiendo impuestos y controles aduaneros.
  2. Lavado de dinero: Las operaciones portuarias podrían estar siendo utilizadas para lavar dinero proveniente de actividades ilícitas.
  3. Competencia desleal: El ingreso masivo de aceite importado podría estar afectando a los productores nacionales, generando competencia desleal y pérdidas económicas.

Las consecuencias de estos escenarios podrían ser graves, afectando la economía nacional, la seguridad pública y la confianza en las instituciones. Es crucial que se tomen medidas urgentes para investigar y sancionar a los responsables.

Referencias