Rusia busca fortalecer lazos económicos con México ante tensiones comerciales globales

En un contexto global marcado por la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a diversas naciones, Rusia está intensificando sus esfuerzos para expandir el comercio y las inversiones en México. Este movimiento estratégico se produce en un momento en que el panorama económico internacional está experimentando cambios significativos, ofreciendo nuevas oportunidades para ambos países.

El primer «Foro Empresarial Rusia-México», organizado por la Fundación Roscongress, a cargo del Foro Económico Internacional de San Petersburgo (Spief), se llevó a cabo justo después de que el expresidente estadounidense Donald Trump anunciara un nuevo paquete de aranceles que, notablemente, no afectaba ni a Rusia ni a México. Este evento subraya el interés mutuo en fortalecer las relaciones bilaterales en medio de las incertidumbres económicas.

Oportunidades en un nuevo orden mundial

Nikolay Sofinsky, embajador ruso en México, ha destacado que el cambiante panorama económico internacional está presentando nuevas ventanas de oportunidades. Si bien reconoce la existencia de tendencias globales «contradictorias», Sofinsky considera que muchas de estas tendencias podrían revitalizar las relaciones comerciales y de inversión entre ambos países, que han experimentado una reducción en los últimos años.

En declaraciones a los medios, el embajador Sofinsky describió la actual guerra arancelaria como «divertida», argumentando que está reconfigurando las reglas del comercio global, lo que podría ser beneficioso para Rusia y México. Esta perspectiva audaz refleja la disposición de Rusia para adaptarse y aprovechar las nuevas dinámicas económicas.

Suministro de uranio y tecnologías avanzadas

Entre las oportunidades concretas, Sofinsky resaltó la capacidad de Rusia para suministrar uranio necesario para la operación de la planta nuclear de Laguna Verde en México. Además, mencionó que Rusia posee tecnologías ferroviarias y avances en inteligencia artificial «únicos» que podrían ser de gran interés para México.

Según Sofinsky, el intercambio comercial entre México y Rusia se sitúa actualmente en alrededor de 2 mil millones de dólares anuales. Sin embargo, confía en que esta cifra podría duplicarse en cuestión de meses si se implementan los instrumentos adecuados.

Potencial de cooperación y comercio en moneda nacional

Aleksandr Abrámov, representante comercial de la Federación Rusa en México, enfatizó el «gran potencial de cooperación» que aún no se ha desarrollado plenamente. Abrámov considera que es fundamental asegurar el comercio en moneda nacional y establecer relaciones bancarias sólidas para impulsar el crecimiento económico.

Actualmente, Rusia comercia con México en fertilizantes, metales, trigo y otros productos agrícolas. Abrámov destacó que las empresas rusas de fertilizantes y la industria farmacéutica rusa están buscando activamente vender directamente en el mercado mexicano. Según Abrámov, «el interés por llegar al mercado mexicano por parte de los productores rusos está en constante crecimiento, y creo que muy pronto veremos un aumento en el volumen económico entre Rusia y México».

Oportunidades para transportistas mexicanos

Además, Abrámov señaló que existen oportunidades para que los transportistas mexicanos lleven productos a regiones de Rusia, como la isla de Sajalín, donde hay escasez de frutas y verduras.

México y Rusia ante el nuevo orden mundial

María Araceli De Haas Matamoros, directora general de Relaciones Internacionales de la Secretaría de Economía de México, argumenta que las nuevas reglas económicas están rediseñando las cadenas de valor. En este contexto, considera que «México y Rusia pueden ser algunos de los países que exploten este nuevo orden mundial a su favor» (De Haas Matamoros, citado por *El Imparcial*, 2025).

Es importante tener en cuenta que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) eximió a los socios de los aranceles, aunque seguirán los gravámenes del 25% a productos fuera del acuerdo y adicionales del 25% al acero, aluminio y automóviles por sus componentes no estadounidenses.

Referencias