México lucha contra la sequía mientras intenta cumplir con el tratado de aguas con EE.UU.
La escasez de agua en la cuenca del río Bravo está generando una situación crítica para México, que se enfrenta a la dificultad de cumplir con las obligaciones establecidas en el Tratado de Aguas de 1944 con Estados Unidos. Las presas internacionales La Amistad y Falcón, cruciales para el suministro de agua a EE.UU., se encuentran a niveles alarmantemente bajos, lo que ha provocado la preocupación de las autoridades y la incertidumbre sobre el futuro del acuerdo binacional.

Bajos niveles de las presas internacionales
Según datos recientes de la Comisión Internacional de Límites y Agua (CILA), las presas La Amistad y Falcón operan a un 11.6% de su capacidad útil, almacenando apenas 292 millones de metros cúbicos (Mm³). Estos bajos niveles son consecuencia directa de la persistente sequía que azota la región desde hace más de tres años, limitando drásticamente la disponibilidad de agua para cumplir con los compromisos internacionales.
Fanny Miranda, periodista de Grupo Milenio, destaca que la falta de agua disponible imposibilita el cumplimiento de la deuda de 1.3 millones de acres-pies (1,603 Mm³) que Estados Unidos reclama. La situación es tan grave que el expresidente Donald Trump llegó a amenazar con imponer aranceles y sanciones ante el incumplimiento del ciclo 36 del Tratado de Aguas de 1944 (Miranda, 2024).

El Tratado de Aguas de 1944: Un compromiso quinquenal
El Tratado de Aguas de 1944 otorga a México el derecho de utilizar el agua de los ríos que desembocan en el Río Bravo, a cambio de la obligación de entregar a Estados Unidos 2,158 Mm³ cada cinco años. El ciclo 36, que comenzó el 25 de octubre de 2020 y finalizará el 24 de octubre de 2025, ha sido particularmente desafiante debido a la prolongada sequía.
Pagos parciales y el peso de la sequía
Aunque el compromiso anual es de 431 Mm³, México solo pudo completar el primer pago tres años después, en mayo de 2023, debido a la sequía. Los seis afluentes mexicanos que contribuyen al tratado (río Conchos, arroyo Las Vacas, río San Diego, río Escondido y río Salado) han tenido dificultades para alcanzar los niveles de entrega requeridos. Los datos de la CILA muestran la siguiente evolución en las entregas:
- 2020-2021: Apenas 75.4 Mm³ de los 431 Mm³ comprometidos.
- 2021-2022: El mejor año, con 296 Mm³ entregados.
- 2022-2023: Disminución a 89.5 Mm³ debido a la persistente sequía.
- 2023-2024: Descenso a 57.4 Mm³.
- 2024-2025 (hasta el 5 de abril): 95.3 Mm³, sumando un total de 632 Mm³ con un volumen adicional del río San Juan.
Impacto regional de la sequía
La sequía no solo afecta las presas internacionales, sino también otras presas en el norte de México que dependen de los mismos afluentes. La presa La Boquilla en Chihuahua se encuentra al 14.6% de su capacidad, mientras que la presa Francisco I. Madero está al 10.9%. En Durango, la presa San Gabriel alcanza el 26%. La situación es similar en la cuenca del río Salado, donde la presa Venustiano Carranza está al 18% de su capacidad, y la presa Centenario en Coahuila al 49%.
Según el último reporte del Monitor de Sequía, al corte del 31 de marzo, el 83% de la cuenca del Río Bravo se encuentra en condiciones de sequía, con un 38% en sequía extrema y un 22% en sequía excepcional. Estos datos reflejan la gravedad de la crisis hídrica que enfrenta la región.
Postura del Gobierno Mexicano
A pesar de la difícil situación, la presidenta Claudia Sheinbaum ha descartado que la entrega de agua a Estados Unidos se convierta en un conflicto. En su conferencia matutina, Sheinbaum aseguró que se están analizando propuestas técnicas para cumplir con el tratado, incluso ante la sequía persistente (Grupo Milenio, 2024).
«En estos días se va a llegar a un acuerdo razonable, no veo que vaya a ser un tema de conflicto. Lo que se ha argumentado es que hay una cantidad de millones de metros cúbicos que se tienen que entregar, pero si no hay agua, ¿cómo la entregas? Por eso es una revisión de la parte técnica, no del tratado mismo, sino de qué otras formas, de mejora de técnica, podemos resolver el problema de la entrega de agua», explicó Sheinbaum.
Desafíos y perspectivas futuras
La crisis hídrica en la cuenca del Río Bravo plantea serios desafíos para México en su relación con Estados Unidos. El cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944 se ha vuelto cada vez más complicado debido a la prolongada sequía y la disminución de los niveles de las presas. El gobierno mexicano está explorando alternativas técnicas para mitigar el problema y evitar un conflicto con su vecino del norte. Sin embargo, la solución a largo plazo requerirá una gestión más eficiente de los recursos hídricos y la implementación de medidas para enfrentar la sequía y el cambio climático.
La situación sigue siendo crítica, y la incertidumbre sobre el futuro del tratado y el suministro de agua en la región persiste. La colaboración entre México y Estados Unidos será fundamental para encontrar soluciones sostenibles que garanticen el acceso al agua para ambas naciones.