Brutal ataque a un viñedo en Barro a un mes de la vendimia

Un ataque calificado como "terrorista" por la cooperativa afectada ha arrasado cerca de un millar de cepas en un viñedo de la denominación de origen Rías Baixas, en el municipio pontevedrés de Barro, a un mes de que comenzara la vendimia de albariño.

Sospechas sobre la "guerra contra los fitosanitarios"

Los hechos se produjeron en la madrugada del jueves 1 al viernes 2 de agosto, según denuncian los 11 socios de la Cooperativa Moraima, y todo apunta a un sabotaje relacionado con la polémica sobre el uso de productos fitosanitarios en las zonas de viñedos.

Así lo apuntan los propios cooperativistas, que aseguran que no tienen deudas ni problemas con nadie del sector y que, por tanto, descartan que el ataque responda a un ajuste de cuentas. Sus sospechas se centran en la "creciente polémica en las zonas de viñedos con los tratamientos fitosanitarios" que emplean los viticultores.

Un millar de cepas destrozadas

El ataque ha destrozado en torno a 940 cepas de las 980 que estaban a punto de dar su cosecha de uva este año, entre ellas muchas de albariño, caíño y ratiño, esta última una variedad casi desaparecida que se encuentra en vías de recuperación en la provincia de Pontevedra.

Entre las vides afectadas hay algunas centenarias o bicentenarias, cuyo valor es incalculable. Según los cálculos de la cooperativa, las pérdidas económicas ascienden a unos 120.000 euros, sin contar el valor de las cepas más antiguas.

Investigación en curso

La Guardia Civil investiga los hechos y, según fuentes relacionadas con el caso, las pesquisas apuntan ya a un posible responsable del sabotaje, que no habría actuado directamente sino que habría encargado el "trabajo sucio" a un grupo que entró en el viñedo de noche, armado con sierras y cizallas manuales, además de motosierras de batería, "que hacen menos ruido".

Los investigadores creen que los autores del ataque actuaron ordenadamente, siguiendo las filas de los postes del emparrado, y con rapidez, ya que dejaron algunas zonas sin repasar.

Consternación en el sector

El ataque ha causado consternación en el sector vitivinícola gallego. Los socios de la Cooperativa Moraima han recibido el apoyo de otros bodegueros de la zona, que les han trasladado su solidaridad y su condena por el sabotaje.

"Nadie que pertenezca a este mundo sería capaz de atentar así contra un viñedo", les reconocían algunos de sus colegas. Y no pocos señalaban en la misma dirección: "La guerra contra los fitosanitarios".

Futuro incierto para el viñedo

El ataque ha aplazado las esperanzas de los cooperativistas, que esperaban obtener su primera cosecha este año tras cuatro años de trabajo. Ahora, tendrán que esperar otros cuatro años para obtener una nueva cosecha de las plantas con las que se proponen sustituir las cepas destrozadas.

Sin embargo, los productores aseguran que el sabotaje no cambiará sus métodos y que seguirán tratando el viñedo con pesticidas cuando lo consideren necesario. Grupos ecologistas y sindicatos llevan meses advirtiendo sobre el desembarco de grandes empresas foráneas del sector del vino en las comarcas donde se cultiva la denominación Rías Baixas y alertan de la sustitución de masas forestales por explotaciones de viñedo donde proliferan los tratamientos químicos.