"He sido testaferro de Eduardo Zaplana": el amigo del expresidente valenciano confiesa haber gestionado 7 millones de euros
El exministro Eduardo Zaplana, expresidente de la Generalitat Valenciana, está en el punto de mira de la justicia por un presunto caso de corrupción. Su amigo de la infancia, Joaquín Barceló, ha declarado ante el juez que ha actuado como testaferro de Zaplana, gestionando al menos 7 millones de euros en su nombre. Según Barceló, Zaplana le pidió que se encargara de 2,1 millones de euros que, según le dijo, eran de procedencia "transparente y lícita". Le solicitó ser titular de la empresa Imision, de Luxemburgo, en la que él no podía aparecer "porque estaba en política". Para la compra de esa mercantil, el testaferro de Zaplana se trasladó a Luxemburgo en un avión privado y con los hermanos José y Vicente Cotino, del grupo Sedesa, adjudicatarios de parte de los parques de energía eólica y las estaciones de inspección técnica de vehículos (ITV) tramitados por el Gobierno valenciano durante la presidencia de Zaplana. Otros 5 millones de euros fueron ingresados en una cuenta en Andorra. Según ha explicado Barceló, la cuenta era suya y fue el asesor de Eduardo Zaplana, Francisco Grau, quien le dijo que iba a ingresar en ella dinero del exministro. "Me dijo que era dinero no tributado pero procedente de los negocios de familiares de Zaplana", ha asegurado Barceló. El testaferro ha indicado que algunos de los documentos que figuran en el sumario, incautados durante la investigación, tienen firmas a su nombre que están falsificadas. La acusación sostiene que Imison International fue una de las mercantiles a través de las que se hicieron efectivas las mordidas por las adjudicaciones.Tendencias El gigante del acero AHMSA se desploma bajo una deuda de 5.000 millones de dólaresLa histórica siderúrgica AHMSA ha cerrado definitivamente tras años de problemas financieros y escándalos de corrupción. Sus deudas ascienden a 5.000 millones de dólares y la venta de sus activos solo cubrirá una pequeña parte. El cierre de AHMSA supone el fin de una era para la industria siderúrgica mexicana.