Carlos Tocco, el exfutbolista y participante de 63 años, abandona la casa de Gran Hermano

En la séptima gala de eliminación del reality show Gran Hermano, el concursante Carlos Tocco fue expulsado de la casa tras enfrentarse en un mano a mano con Juan Pablo de Vigili. Con el 31,4% de los votos, Tocco se despidió de sus compañeros y del público tras mantener un perfil bajo durante su estadía en el programa.

Un perfil discreto y falta de estrategia

Carlos Tocco no se involucró activamente en las estrategias dentro del juego, actitud que fue motivo de críticas por parte de algunos de sus compañeros. Tampoco logró conquistar al público, quien le dio el menor porcentaje en una votación en placa positiva. Varios participantes habían manifestado su descontento con su falta de estrategia, lo que contribuyó a que su perfil terminara siendo inocuo en una casa polarizada.

Una eliminación que marca un punto de inflexión

La eliminación de Tocco se produjo tras una placa de nominación multitudinaria, característica de esta edición del reality, y marcó un nuevo punto de inflexión en la dinámica de convivencia dentro de la casa. Cuando Santiago del Moro anunció el nombre del exfutbolista, las expresiones de los dos concursantes reflejaron todas sus sensaciones: mientras Carlos asintió sobre el resultado, aceptando su derrota, el rostro de Juan Pablo era de total sorpresa.

La historia de Carlos Tocco: superación y pasión por el fútbol

Carlos Tocco se presentó en Gran Hermano hablando de su fuerte historia de vida. Logró superar una complicada situación de salud que comenzó en 2018, cuando una negligencia médica durante una operación de columna lo dejó en silla de ruedas. Este episodio lo obligó a someterse a más de diez intervenciones quirúrgicas y a pasar meses en rehabilitación. A pesar de las dificultades, Tocco consiguió volver a jugar al fútbol en un partido amistoso seis años después, cumpliendo un sueño que parecía imposible.

Antes de enfrentar este desafío, Tocco dejó una huella importante en el fútbol argentino. Su carrera comenzó desde muy joven, impulsada por una pasión innata por este deporte. Durante los años 80, se destacó como jugador en Chacarita Juniors, donde alcanzó su momento de mayor gloria en 1981 al marcar un gol decisivo en la victoria 3-0 contra Dock Sud, un triunfo que aseguró el ascenso del equipo a la Primera B Nacional. Este logro lo convirtió en un ídolo entre los hinchas del club. Además de Chacarita, jugó en equipos como San Miguel, demostrando su compromiso y amor por el fútbol.

Tras retirarse como jugador, Tocco continuó ligado al deporte como director técnico, dirigiendo equipos del ascenso como Deportivo Español e Ituzaingó. Su contribución tanto como futbolista como entrenador dejó una huella significativa en el ámbito del ascenso argentino.