Charles Spencer, hermano de Lady Di, se presenta a su nueva novia, Cat Jarman: una arqueóloga noruega que ha demandado a su exmujer

El tío de Guillermo y Enrique de Inglaterra ha encontrado de nuevo el amor junto a su compañera en un «podcast» de historia.

Tras anunciar su tercer divorcio en junio, Charles Spencer (Londres, 60 años), hermano de la fallecida princesa Diana de Gales, ha confirmado que ha vuelto a encontrar el amor. «Cat Jarman es mi pareja ahora», ha confirmado este martes 15 de octubre en el programa Good Morning Britain del canal ITV.

Jarman, de 42 años, es, en palabras de su pareja, «una arqueóloga brillante». «Suena como un título de Alan Partridge, pero ella es la Persona Nórdica del 2024, un reconocimiento que generalmente se otorga a alguien como Sven-Göran Eriksson [exfutbolista y entrenador sueco] o a un compositor», elogia Spencer a su nueva novia en la entrevista.

Efectivamente, la confederación de sociedades escandinavas del Reino Unido (CoScan) elige desde 1994 al personaje, organismo o grupo nórdico del año, y la última en recibir el honor ha sido Jarman. «La Dra. Cat Jarman es una bioarqueóloga y arqueóloga de campo noruego-británica especializada en la era vikinga y las mujeres vikingas. El premio fue entregado por el embajador de Noruega, su excelencia Tore Hattrem, y Nick Archer, presidente de CoScan, en la residencia del embajador el 28 de mayo de 2024″, describe la confederación en su página web.

La confirmación de esta nueva relación llega solo unos días después de que los medios británicos revelaran que Jarman, hasta ahora presentada como la compañera de Spencer en el podcast de historia The Rabbit Hole Detectives, que copresentan juntos con el reverendo Richard Coles desde el pasado mes de septiembre, había demandado a Karen Gordon, fundadora y directora de la organización benéfica Whole Child International, ante el Tribunal Supremo del Reino Unido.

Al parecer, la arqueóloga ha presentado una demanda contra la exmujer de su nuevo novio por presunto «mal uso de información privada», según informa el periódico The Telegraph. De momento, no hay más detalles al respecto y las partes se han negado a hablar con la prensa británica sobre un proceso que sigue abierto.

«En primer lugar, la conocí porque ambos teníamos la misma editorial», ha revelado en la entrevista Spencer, que este año ha publicado un libro de memorias centrado sobre todo en sus años en un internado. «Pero en segundo lugar, sé que esto suena bastante extraño, ella vino a excavar una villa romana en un terreno que tengo», añadía. Algo que ella misma compartía en su cuenta de Instagram en noviembre de 2021, con una foto de ambos en la finca del conde en Althorp.

Antes de casarse y divorciarse de Karen Gordon, Spencer contrajo matrimonio con Victoria Lockwood (59 años), una exmodelo con la que tuvo cuatro hijos y de la que se divorció en 1997, el mismo año en el que murió su hermana Diana. Luego se volvió a casar en 2001 y tuvo dos hijos con su segunda esposa, Caroline Freud (57 años), de la que se divorció en 2007.

Jarman también está divorciada. En declaraciones sobre su tercer divorcio para The Mail on Sunday, Spencer aseguraba que ahora solo quería dedicarse a sus hijos y a sus nietos. «Y le deseo a Karen toda la felicidad en el futuro», decía.

Sin embargo, esa separación aparentemente amistosa puede que en realidad no lo sea tanto, empezando porque el hermano de Lady Di ha contratado para llevar el caso a la famosa abogada de divorcios Fiona Shackleton, conocida en el Reino Unido como «la magnolia de acero».

Temida y reverenciada por sus victorias, la letrada británica ha representado a clientes como Carlos III o Paul McCartney y se calcula que cobra entre 800 y 1.400 euros por hora. La nueva demanda de Jarman echa ahora más leña al fuego.

«No hay duda de que algunas mujeres eran activas en el mundo militar más allá de los mitos y leyendas, luchaban y eran capaces de blandir una espada o un hacha, pero seguramente las guerreras eran muchas menos que en las series de televisión, donde el fenómeno se ha exagerado. Desde luego no había bandas ni ejércitos de mujeres vikingas. Pero algunas sí que tendrían la oportunidad y la capacidad de luchar con las armas en la mano. Más importante me parece remarcar que las mujeres eran una parte muy activa en la sociedad y que formaron parte del flujo migratorio que caracterizó la época vikinga», recordaba en 2022 en una entrevista con EL PAÍS con motivo del lanzamiento del libro.

Fuente: El País