El universo cinematográfico de David Fincher se enriquece con su última obra, 'El asesino', un thriller que revive esencialmente los temas que consagraron al director como uno de los más perspicaces analistas de la psique y los conflictos modernos. Con Michael Fassbender a la cabeza, esta producción de Netflix nos sumerge en una intriga donde la empatía se relega en pos de un calculado pragmatismo y donde las sombras de la masculinidad y el poder se reflejan en cada escena.

'El asesino', con guion de Andrew Kevin Walker, quien previamente colaboró con Fincher en clásicos como 'Seven', es un testimonio de vulnerabilidades y ambiciones. Es un viaje retorcido en el que se explora la complejidad de las motivaciones humanas y se plantea un análisis crítico de las expectativas sociales y la alienación en la era contemporánea.

Fincher nos ofrece no solo un recorrido por la mente de su protagonista, un asesino a sueldo que desafía los cánones con su fría metodología, sino también un repaso por sus propias obsesiones autorales y una mirada reflexiva hacia personajes anteriores que han marcado su filmografía. La influencia del tardocapitalismo y sus consecuencias morales es una de las marcas registradas de Fincher que, una vez más, se manifiestan con potencia en esta producción.

Con el talento inigualable de Fassbender y una puesta en escena meticulosa, 'El asesino' evoluciona en un relato donde la compasión y el error humano afloran con sutileza, en contrapunto a la precisa coreografía del crimen. Es también el reencuentro con temas recurrentes y amados por Fincher, un espejo del cinismo y la resignación inherentes al actual clima sociopolítico.

'El asesino', se posiciona así como una pieza intrigante dentro del catálogo de Netflix y del propio itinerario de Fincher. Con matices de patetismo y elementos que enriquecen una narrativa ya de por sí atrayente, esta película impone su sello distintivo sin alcanzar el apogeo emocional de otros grandes títulos del director, pero demostrando que aún en un tono más contenido, la maestría de Fincher prevalece.