La pareja de Ariadne Díaz, Marcus Ornellas, no tiene ni un gramo de celos, tanto así que la actriz reveló que hasta le tiene que pedir que la cele un poquito porque se pasa de atontado.
La pareja ideal
En un encuentro con la prensa, Ariadne Díaz, de 38 años de edad, admitió la gran pareja que tiene. Dice que creyó que al estar con un brasileño iba a tener conflictos con la apariencia. Sin embargo, confesó que Marcus Ornellas, además de cero celoso, hasta la piropea aunque ande fodonga y está que ni se lo cree.
¿Cero celos?
Ariadne Díaz no puede creer que Marcus Ornellas, de 42 años de edad, no sienta celos de ninguna forma. Contó que le gustan los prejuicios de mexicana y a través de un encuentro con la prensa mostrado en Sale el Sol, se compartió el momento en que Ariadne Díaz confiesa que el tema de los celos es algo que habla de forma frecuente con su pareja, Marcus Ornellas.
Pero no creas que es porque son demasiados, sino porque no es nada celoso y ella hasta le tiene que hacer ver que necesita un poco de eso, por ser mexicana. Sincerándose con la prensa, Ariadne Díaz compartió que aún vive -de alguna forma- con el prejuicio de “si no me cela no te quiere”, situación que le hace pedirle que la cele un poco, porque como buena mexicana, creció con el ‘si no te cela no te quiere’, fíngele, finge poquito. Pero no, no es celoso”.
Sin reclamos
Sin embargo, parece que tanta petición ha sido en vano, pues Marcus Ornellas no tiene el mínimo grado de celos porque Ariadne Díaz trabaje junto a José Ron, su ex pareja.
Ariadne Díaz contó que Marcus Ornellas no la cela en lo más mínimo y menos se queja de que ande fodonga porque siempre la ve hermosa. Pero no solo son los celos, sino que Ariadne Díaz admite que le fue muy bien con Marcus Ornellas, pues ni cuando está fodonga recibe algún tipo de reclamo o queja.
“Conozco un brasileño que como yo esté le parezco preciosa”
“Conozco un brasileño que como yo esté le parezco preciosa, pero así esté fodonga, pero como sea, entonces dices ¡guau, qué padre!”. Pese al reclamo por la falta de celos y que ama que admire su belleza aunque ande fodonga, Ariadne Díaz admitió que “a estas alturas de mi vida”, ya nadie puede prohibirle ni decirle qué hacer.