Emilia Pérez: Uso de IA para mejorar voces genera debate ético en el cine

La película francesa "Emilia Pérez", dirigida por Jacques Audiard y candidata a los Oscar 2025, se encuentra en el centro de una polémica tras revelarse que la voz de su protagonista, Karla Sofía Gascón, fue modificada mediante inteligencia artificial (IA). Este hecho ha suscitado un debate sobre la autenticidad en el cine y los límites éticos del uso de la tecnología.

La voz de Karla Sofía Gascón, alterada por IA

Cyril Holtz, mezclador de sonido de "Emilia Pérez", confirmó que se utilizó la tecnología de IA Respeecher para mejorar la voz de Gascón. Esto permitió ampliar su rango vocal para armonizar con Camille, la cantante francesa que coescribió la banda sonora.

El uso de IA también se empleó para mejorar la pronunciación de Selena Gomez y Zoe Saldaña, quienes también participan en la película.

Críticas y reacciones en redes sociales

La revelación del uso de IA ha generado críticas en redes sociales. Algunos usuarios cuestionan la autenticidad de las interpretaciones, argumentando que estas técnicas comprometen la originalidad y la calidad del cine. Otros, sin embargo, defienden el uso de la IA como una herramienta valiosa que puede mejorar las actuaciones.

La película "The Brutalist", dirigida por Brady Corbet, también utilizó IA para mejorar la pronunciación de los actores Adrien Brody y Felicity Jones.

Preguntas sobre la autenticidad y la ética

El uso de IA en el cine plantea interrogantes sobre qué se considera arte y hasta qué punto es ético modificar las interpretaciones humanas. En el caso de "Emilia Pérez", se especula que podría afectar a sus posibilidades en los Oscar 2025.

La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas aún no se ha pronunciado oficialmente sobre el uso de la IA en el cine. Sin embargo, podría seguir el ejemplo de los premios Grammy, que permiten un uso limitado de la tecnología siempre que el papel humano sea significativo.

El equilibrio entre la creatividad humana y la tecnología

El uso de la IA en la producción cinematográfica es una tendencia creciente que ofrece nuevas oportunidades para la innovación y la mejora de las interpretaciones. Sin embargo, también plantea desafíos éticos y artísticos.

La industria cinematográfica debe encontrar un equilibrio entre la creatividad humana y las herramientas tecnológicas para garantizar que el arte no pierda su esencia.