La estrella drag Samantha Ballentines: De 'travesti petarda' a reivindicadora LGTBI
Fran Sánchez es un gaditano de 38 años que, desde hace más de una década, se transforma en Samantha Ballentines, una de las drag queen más conocidas del panorama español. Su personaje es una mezcla de diva, curvilínea y poderosa, inspirada en iconos como Madonna, Jessica Rabbit o Sara Montiel. Pero detrás del maquillaje y los tacones, hay una persona que lucha por los derechos LGTBI y que reivindica la importancia de la visibilidad y la inclusión.
La transformación de Fran en Samantha
El proceso de transformación de Fran en Samantha es largo y laborioso. Comienza con la aplicación de una base de maquillaje clara, seguida de la colocación de unas cejas postizas y la aplicación de sombras de ojos y colorete. El toque final son las pestañas postizas y el pintalabios rojo intenso.
Una vez maquillado, Fran se viste con un vestido ajustado y unos tacones altos. El resultado es una mujer espectacular que nada tiene que envidiar a las grandes divas del espectáculo.
El éxito de Samantha Ballentines
Samantha Ballentines se dio a conocer al gran público en la segunda edición de Drag Race España, un concurso de televisión en el que las drag queen compiten por demostrar su talento y su carisma. Samantha quedó segunda, pero su paso por el programa le dio la popularidad que necesitaba para lanzar su carrera.
Desde entonces, Samantha Ballentines ha actuado en numerosos escenarios de toda España. Ha compartido cartel con artistas de la talla de Mónica Naranjo o Alaska y ha sido portada de revistas como Vogue o Vanity Fair.
La reivindicación LGTBI de Samantha Ballentines
Más allá de su éxito como artista, Samantha Ballentines es una firme defensora de los derechos LGTBI. Utiliza su plataforma para visibilizar al colectivo y para luchar contra la discriminación y la violencia.
En sus espectáculos, Samantha Ballentines suele hacer humor sobre temas relacionados con la identidad sexual y de género. Pero también aprovecha su voz para lanzar mensajes reivindicativos y para denunciar las injusticias que sufre el colectivo LGTBI.
Samantha Ballentines es un ejemplo de que la visibilidad y la inclusión son fundamentales para avanzar en la lucha por los derechos LGTBI. Su trabajo como drag queen y su activismo ayudan a romper estereotipos y a crear una sociedad más justa e igualitaria.