James Rodríguez es el futbolista más importante en la historia del balompié cafetero —además de Falcao—, pero no todos los hinchas colombianos lo ven como un héroe, sino como un villano. Hay quienes critican al ‘10’ de la Tricolor por no ser tan grande como pudo, ignorando que fue tan grande como quiso.

Desde su salida del Real Madrid, con la llegada de Zinedine Zidane al banquillo, los medios de comunicación y las redes sociales comenzaron a hacer de James el protagonista de una novela. Periodistas consagrados y fanáticos indignados llevan años cuestionando al cucuteño por no ser lo que ellos quieren: el futbolista que agacha la cabeza para adaptarse en cualquier parte.

James no tenía que aguantar los desplantes de Zidane, cuando de sobra era mejor que jugadores como Isco, Asensio, Lucas Vásquez. Tampoco estaba obligado a quedarse en Bayern Munich, si lo que quería era huir del frío. Y menos debía dejarse menospreciar por Rafa Benítez, que casi desciende al Everton y salió de este club por la puerta de atrás.

Su fichaje con Al-Rayyan fue una mala decisión, pero suya, al fin y al cabo. Y en Olympiacos salió de manera intempestiva, pese a que la prensa griega no lo bajaba de estrella. Ahora, una vez más, los ojos de están puestos en James: el director técnico de Sao Paulo confirmó que el colombiano dejará al equipo antes de tiempo.

Ya en redes sociales se ve a más de un resentido diciéndole: "indisciplinado", "pechofrío" y "la mentira más grande del fútbol colombiano". Y qué decir del periodista pelón al que uno ya no quiere ni escuchar y que, a juzgar por su fijación con James, a lo mejor desea ser cómo él y llevarle la contraria al mundo.

¿Por qué condenar a James al éxito, si lo que quiere es interactuar con sus seguidores en Twitch? ¿Por qué querer jubilarlo ya, si con media pierna juega más que cualquier pelao? Si no les basta con lo que hizo, que cada uno muestre cuántas botas de Oro tiene como goleador de un Mundial.

James es un futbolista incomprendido, quizá por su rebeldía: no copió de insultos a los hinchas en el Estadio Metropolitano, como tampoco copió a un temeroso Reinaldo Rueda que dejó a la Selección Colombia sin cupo a Catar. Y eso hace que lo admire más.

Denme duro, si quieren, pero Colombia ha sido injusta con James Rodríguez.